El traspaso de la Policía Federal a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires dejó como uno de los ganadores en las sombras a Daniel "Tano" Angelici, uno de los principales operadores judiciales del PRO, que vuelve a fortalecer su poder luego de haber quedado afuera del reparto del Ministerio de Justicia de la Nación.

El presidente de Boca tendrá una fuerte injerencia a través del ministro de Justicia y Seguridad porteño, su protegido Martín Ocampo, quien estará al frente del comando político de las dos policías, que durante la etapa de transición funcionarán como dos fuerzas distintas pero bajo la conducción del gobierno porteño.

Pero Angelici también tendrá su influencia en la parte operativa, a través de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, una de las áreas que la Nación traspasa en su totalidad (personal, funciones, competencias, inmuebles, sistemas informáticos, etc.) a la Ciudad de Buenos Aires.

La Superintendencia de Seguridad Metropolitana es la que tiene a su cargo todas las operaciones en la Ciudad de Buenos Aires, en lo que refiere a delitos no federales. Esa oficina tiene bajo su órbita las 54 comisarías porteñas, Infantería, Montada, el comando radioeléctrico y la seguridad en espectáculos deportivos, entre otras dependencias.

Desde el Gobierno porteño dijeron a LPO que la idea es que se mantenga la doble jefatura de las fuerzas, y por lo tanto la Superintendencia seguirá manejada por su actual jefe, el comisario mayor Guillermo Calviño. Por otro lado, Horacio Giménez seguirá al frente de las operaciones de la Metropolitana.

Calviño, actual número tres de la Federal y responsable de la Federal en la Ciudad, habría tejido en los últimos años una estrecha relación con Angelici, a partir de su actuación en los operativos de seguridad en los partidos de Boca, según informó hoy Clarín.

Incluso, el diario Olé reveló tiempo atrás que Calviño le acercó a Angelici al ex comisario Claudio Lucione para que sea el gerente de seguridad de Boca, cargo que todavía ocupa. Lucione fue echado de la Federal por Nilda Garré a partir de una denuncia por corrupción y enriquecimiento ilícito, aunque fue sobreseído por la justicia. En sus distintas funciones, Calviño y Lucione fueron responsables del fallido operativo el día del escándalo del gas pimienta.