La procuradora de Estados Unidos, Loretta
Lynch, anunció que solicitó la captura internacional del ex
presidente de Quilmes, José Luis Meiszner, que se encuentra prófugo. El
dirigente fue secretario de la Conmebol hasta hace dos días y ese rol lo ubica
en el centro del escándalo de coimas multimillonarias que cobró la FIFA.
El caso cobró hoy un nuevo impulso, con la tanda de detenciones ordenadas por la justicia norteamericana, que golpea muy cerca al corazón de uno de los negocios más oscuros que montó el kirchnerismo: la administración del programa Fútbol para Todos (FTP), controlado desde dos terminales, Máximo Kirchner y Aníbal Fernández.
El jefe de Gabinete ubicó al frente de la administración de los miles de millones que circularon prácticamente sin control por el FTP a Pablo Paladino. Pero además, Aníbal Fernández sucedió a Meiszner en la presidencia del Club Quilmes y arrastran una historia de años de negocios compartidos.
Todos los caminos del capítulo argentino de este escándalo mundial, conducen así a Aníbal Fernández y Pablo Paladino, cuyos entornos hoy entraron en alerta roja, ya que se les combina de mala manera la salida del poder con los problemas con la justicia norteamericana, mucho menos permeables a entendimientos bajo la mesa que la Argentina.
Pero las malas noticias no se detienen ahí. Hoy también se supo que el argentino Alejandro Burzaco, ex CEO de TyC, se declaró culpable y aceptó pagar una multa de 21.6 millones de dólares, abriendo la posibilidad de una declaración de alcances impredecibles. Burzaco estaba del otro lado del mostrador en el Fútbol para Todos y era quien negociaba con Máximo Kirchner, Aníbal Fernández, Pablo paladino y Carlos Zannini, otro que participa de atrás en ese negocio.
De hecho, para mejorar su delicada situación procesal, Burzaco involucró en su declaración a Meiszner, Paladino y al propio actual Luis Segura, que compite con Marcelo Tinelli por la presidencia de la AFA.
De hecho, el escándalo estalló en medio de la votación de esta tarde para elegir al nuevo presidente de la AFA, en la que participó Andrés Meiszner, hijo del dirigente prófugo y actual vicepresidente de Quilmes.
Meiszner ya había estado en la mira de la Justicia, tras ser denunciado junto a su hijo por tener tres cuentas en el exterior a nombre de sociedades fantasmas, dos en Islas Caimán y otra en Suiza por un total de US$ 11 millones. La investigación de ese caso la lleva a cabo el juez Claudio Bonadio.
La relación de Meiszner con Aníbal se consolidó en las épocas en que el jefe de Gabinete era intendente de Quilmes. En esos años el club comenzó la construcción de un nuevo estadio –que al estilo kirchnerista fue bautizado con el nombre del propio Meiszner-. Aníbal aportó fondos para ese estadio.
Escondidos
"Nadie podrá esconderse ni escaparse", soltó la procuradora norteamericana Loretta Lynch, durante la caótica conferencia de prensa que brindo hoy, en la que se mezclaban las preguntas sobre el caso FIFA con la investigación del tiroteo en San Bernardino.
Loretta Lynch fue muy precisa en la conferencia sobre el rol central de los argentinos en el esquema de coimas montado para arreglar torneos y partidos y enfocó varias veces la mira sobre Torneos y Competencias.
"Las nuevas detenciones destacan los esquemas de corrupción que involucran principalmente a los funcionarios de fútbol de Centroamérica y Sudamérica y a empresas de marketing deportivo con sede en Sudamérica y los Estados Unidos”, dijo en obvia referencia a TyC y subrayó que se investiga “el esquema de una compañía argentina de marketing deportivo para sobornar a funcionarios de fútbol de América Central".
"Nadie podrá esconderse ni escaparse. Todos los detenidos serán declarados culpables", afirmó terminante y agregó que llegó el momento de “limpiar este lindo deporte”.
"Desde 1991 hasta el presente, dos generaciones de dirigentes del fútbol conspiraron para solicitar y recibir más de 200 billones de dólares, a menudo en alianza con dirigentes deportivos y de marketing, que buscaban contratos lucrativos", agregó.
Luego, la procuradora le dio la palabra al fiscal Robert Capers, quien volvió a apuntar a Burzaco que "canalizó millones y dinero de sobornos".
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- 404/12/1523:09MORSA INMUNDA, SE TE ACABA LA BUENA ESTRELLA. TE ESPERA UNA CELDA EN GUANTANAMO
- 304/12/1522:20Cómo me gustaría que lo cite la fiscal general de los EE.UU. Loretta Lynch a nuestro conocido, verborrágico, altanero y soberbio ANIBAL FERNANDEZ. Veremos si tiene el coraje de presentarse presurosamente.
- 204/12/1506:45MORSA! TU ÚNICO DESTINO VIABLE ES LA CÁRCEL, LADRÓN DE CUARTA!!!
- 104/12/1501:30La morsa tendrá q buscar un auto con un baúl bien grande, cuestión q entren él y José Luis Meiszner. Un vento está bárbaro (500 cc de capacidad).
En sus épocas de intendente de Quilmes, Aníbal Fernández, consolidó su relación con el ahora prófugo José Luis Meiszner. Los unió sobre todo los negocios que montaron en torno a la construcción del estadio del Club Quilmes, que habría sido financiada con ATN que consiguió el hoy jefe de Gabinete.
Pero el negocio principal habría girado en torno al predio de la antigua cancha, ubicada en Guido y Sarmiento. Allí, surgió un emprendimiento millonario llamado “Terrazas de Quilmes”, que llevó adelante Conenar, una firma vinculada al entonces titular de la AFA, Humberto Grondona.
Por los 11.000 metros cuadrados del viejo estadio, sólo se pagaron US$ 2.065.000. Hoy el complejo llega a los 32.500 metros cuadrados, con cuatro torres de lujo de 15 pisos, a razón de cuatro departamentos por piso con vista al río, revela una nota del diario Clarín.
En el frente del lugar un cartel indicaba que la empresa a cargo era Fernández Prieto y Asociados S.A. y que la promoción corría por cuenta de Baprisud S.A, propiedad de las familias Grondona y Fernández Prieto, un importante desarrollador de Puerto Madero que multiplicó sus negocios durante el kirchnerismo de la mano del ministro Julio de Vido.
Pero no es el único vínculo de Aníbal Fernández con Meiszner. En Quilmes afirman que comparten un estudio jurídico en la esquina de Matienzo y Pringles, donde trabaja Nicolás Meiszner, uno de los hijos del ahora prófugo.
Además, Andrés Meiszner, el otro hijo del ex presidente de Quilmes, llegó a dirigir el Registro Nacional de Armas (RENAR), cuando Aníbal Fernández era ministro del Interior.