La tensión del traspaso de mando, aún dentro del oficialismo, será brutal en La Matanza, donde habita un cacique herido y con mucho que pagar.

Verónica Magario es la intendenta electa del mayor distrito de la provincia, y es un fuerte dolor de cabeza para ella que Espinoza no haya podido conseguir la vicegobernación y acaso tampoco ningún ministerio, si Daniel Scioli pierde el ballotage.

La razón es obvia: sin las cajas ni los resortes políticos que imaginaba, Espinoza debería recalcular y reubicar a los suyos en el PJ y en su distrito, La Matanza, donde la diputada nacional pretende gobernar.

El intendente metió mano en la lista de concejales, cosa que enojó a Magario, aunque las aguas se calmaron cuando Espinoza pensaba llevar gente a Nación. Pero el domingo 25 se encontró con un panorama negro: la posibilidad cierta de que el ex motonauta no logre ganar la segunda vuelta.

El primer cimbronazo había sido cuando perdieron l provincia junto a Julián Dominguez, a manos de Aníbal Fernández y Martín Sabbatella, una dura noticia difícil de digerir para las estructuras del PJ. 

En cuando al municipio, la asunción de la intendenta trae consigo la figura de su padre, Raúl Magario, ex tesorero de Montoneros y secretario de Medio Ambiente local hasta 2011. "Ahora le toca a mi hija y acá mandamos nosotros", graficaba una fuente consultada, sobre el pensamiento del histórico dirigente.

El peronismo tradicional resistió hasta último momento la llegada de Magario al mando, y ahora los dirigentes del distrito auguran una verdadera batalla por los espacios de poder.

Sin embargo, el presidente del FPV local, Ricardo Rolleri, negó que vayan a ver grandes cortocircuitos. Consultado por LPO dijo que “la transición va a ser ordenada, porque se da dentro de la misma línea política. Más allá de que se produzcan cambios en el gabinete, que desconozco”, afirmó el ex candidato a diputado nacional.

Sobre la influencia del padre de Magario, Rolleri también se mostró cauto y expresó: "Ella (por Verónica Magario) ha dicho que no es así, que tiene autonomía en lo político”, e insistió en que el traspaso será ordenado porque se da “en el mismo espacio político”.  

La deslucida performance del FPV el 25 de octubre le impidió a Rolleri ingresar al Congreso nacional, ya que iba número 19 de la lista. Sí lo hizo su compañera matancera María Isabel Guerín, que estaba en el puesto 15, pero por orden de cupo femenino terminó ubicándose en el número 14 y es diputada electa.

El concejal sostuvo que por ahora no hay mucho avance respecto del traspaso de mando porque “se está trabajando fuerte en la elección nacional” y remarcó “la victoria del domingo, donde en La Matanza se ganó bien. Nuestro distrito ha ratificado un poder electoral importante y esto Scioli no lo desconoce”.

Hoy habrá un plenario del PJ, ni bien entrada la tarde, para organizar los comandos y subcomandos territoriales en apoyo al candidato del FPV.

Además de los cargos municipales, el Concejo Deliberante será otro frente de batalla. De los 12 concejales puestos en juego, según la oposición son 6 (PJ)– 3 (FR) -3 (PRO), y para el oficialismo son 7 (PJ) – 3 (PRO) – 2 (FR). La semana que viene se sabrá con el escrutinio definitivo.

De todas formas, el peronismo llega con mayoría en el Concejo, aunque ajustada. De los seis concejales que entraron para el FPV, el cuarto es de Haroldo Cayuqueo, el hombre de la UOCRA que le hizo la interna a Magario. De darse una derrota de Scioli, los massistas y macristas abrirán su juego para dar y recibir.

Por lo pronto, el ex candidato del PRO, Miguel Saredi, llamó a Magario para felicitarla tras las elecciones y le ofreció su apoyo para los próximos años. Desde el Frente Renovador, ya hay dos concejales que incluso antes de los comicios dejaron entrever que abrirán un bloque propio, y se estima que podrían ser aliados del oficialismo.

El ánimo del PJ, con todo, está por el piso y sin dudas la relación entre Espinoza y Magario acusará recibo del resultado del 22 de noviembre.

Por eso la “campaña del miedo” contra Macri pisa fuerte en el distrito. En fábricas y cooperativas aparecen carteles con la amenaza de cerrar si gana el jefe de Gobierno, cosa que se replica con agresividad en las calles de los barrios del distrito.

Pese a esto, ante la consulta de este medio Saredi apuntó que apuesta a una buena relación con la provincia. “Por lo menos a María Eugenia Vidal la veo con espíritu de trabajar con los intendentes electos, incluso con los del FPV. Tiene esa mirada institucional”, dijo el ex candidato, cuya fuerza aportó 200 mil votos a la victoria de la gobernadora electa.