Cristina Kirchner quiere curarse en salud y apuesta a dejar encaminado el nombramiento de los jueces para las dos vacantes de la Corte Suprema, para que no sea Mauricio Macri quien avance sobre esas posiciones, en caso que gane el ballotage.

La Presidenta sorprendió esta noche al enviar al Senado dos pliegos para cubrir las vacantes de la Corte Suprema. Propuso al presiente del Supremo Tribunal de Córdoba, Domingo Sesin, un jurista presuntamente cercano a José Manuel de la Sota, lo que abrió interrogantes en todo el arco opositor sobre la real posición del gobernador frente al ballotage.

Hoy, durante la reunión que mantuvo el espacio liderado por Sergio Massa en Puerto Madero para definir su posición frente a la segunda vuelta. De la Sota anunció que él no votaría por Daniel Scioli.

Sin embargo, acaso la búsqueda de un acuerdo haya que orientarla hacia el puntano Adolfo Rodríguez Saá, que como reveló LPO hace tiempo que se desvive por votarle a Cristina los pliegos para la Corte a cambio de poder meter uno de los dos magistrados.

En su momento, el Adolfo soñó con ubicar a su compañera de bloque Liliana Alegre en el Senado, pero Cristina parece haber elegido una vía menos obvia: Sesin es hermano de la famosa Esther "La Turca" Sesín, eterna amiga del gobernador, que protagonizó un sonado escándalo en los 90, cuando los Rodríguez Saá se oponían a la reelección de Carlos Menem. Episodio luego del cual cambiaron de parecer.

El segundo candidato que propuso la Presidenta es Eugenio Sarrabayrouse, integrante de la Cámara de Casación Penal. Su designación tiene lógica ya que tras la salida de Eugenio Zaffaroni, la corte se quedó sin un especialista en Derecho Penal. 

Los plazos para las audiencias y análisis y difusión de los candidatos exceden el mandato constitucional de la Presidenta, pero esta noche se comentaba en el Senado quiere dejar el trámite encaminado y cerrada la negociación política para que sea el peronismo el que reciba a Mauricio Macri -si gana el ballotage-, nombrándole los dos jueces de la Corte. Difícil imaginar una demostración de fuerza más contundente.

Como explicó este medio, el Adolfo coordina un grupo de unos diez senadores que le permitirían a Cristina conseguir los dos tercios necesarios para aprobar los pliegos.