La decisión de Daniel Scioli de designar a Daniel Filmus como su eventual ministro de Ciencia y Tecnología hizo que se encendieran todas las alertas en ese ministerio, en particular en el entorno de Lino Barañao.

El caos llegó hasta tal punto que ya lanzaron un operativo clamor para intentar que el funcionario se quede en esa cartera. Esa maniobra incluye llamados telefónicos del propio Barañao a periodistas cercanos para motorizar entrevistas y hasta hashtag #linosequeda que tienen previsto lanzarlo este fin de semana a través de las cuentas de cientos de empleados del ministerio.

La desesperación entre quienes tienen el control de Ciencia y Tecnología pasa por perder la caja de Tecnópolis, un fondo millonario ejecutado a discreción en esa cartera. Según pudo saber LPO, quienes se sientan sobre esa caja son el subsecretario de Evaluación Institucional, Jorge Aliaga; y el subsecretario de Coordinación Administrativa, Rodolfo Blasco. Y claro, son quienes hoy intentan ejecutar el operativo clamor para que Barañao se quede en el ministerio.

Parece que los manejos de esa caja fueron los que llevaron al entorno de Lino a desenfocarse del escenario político. Quien no perdió el horizonte fue Águeda Suarez Porto de Menvielle, la directora de Relaciones Internacionales de Ciencia y Tecnología.

La funcionaria fue la encargada de conseguir respaldos del exterior para varios proyectos del mundo académico. Sus logros fueron visibilizados por la sciolista fundación DAR y comenzó a trabajar políticamente en ese espacio. Allí llegó con un proyecto para Ciencia y Tecnología, logró confianza en los alfiles sciolistas y ella propuso el nombre de Daniel Filmus.

Mientras tanto, Barañao y su entorno, cegados con la caja de Tecnópolis, ganaban enemigos en la comunidad científica desde donde aseguran que siempre los marginó.

Quienes lo siguen de cerca aseguran que el ministro aseguraba a los suyos que sea quien sea el próximo presidente, él tendría la continuidad asegurada en el ministerio.

Así lo manifestó en Conversaciones, la producción de LaNación.com, en donde ante la pregunta del periodista sobre algunas versiones que aseguraban que se quedaría en el cargo en caso de que Mauricio Macri gane la elección presidencial, Barañao -lejos de contestar en modo kirchnerista- dejó abierta la posibilidad de ser parte de un eventual gobierno macrista.

Eso generó malestar en la Rosada y también en el sciolismo, desde donde le lanzan chicanas: “Ahora que sea ministro de Ciencia de Horacio Rodríguez Larreta”, dicen.

Ya casi sin margen de juego, Barañao y su entorno apelan ahora un operativo clamor que les permita negociar su continuidad con el sciolismo. El propio ministro habría estado pidiéndoles espacio a sus periodistas más cercanos para lanzar definiciones políticas que lo mantengan a flote.