Juan Manzur, el candidato de Daniel Scioli en Tucumán, estaba 15 puntos abajo del candidato de Cambiemos, José Cano, hace sólo 60 días. Hoy, es la principal apuesta del gobernador boanerense para relanzar su campaña presidencial, luego de las primarias y el drama de las inundaciones.

El actual ministro de Salud de la Nación era hasta hace unos meses poco conocido para los tucumanos, que parecían dispuestos a sacar al peronismo de la gobernación tras la salida del actual mandatario, José Alperovich, que no tiene otra reelección.

Otro motivo de la preocupación del peronismo tucumano fue el gran caudal de fondos y recursos que Cambiemos puso detrás de la candidatura de Cano, a sabiendas de que la elección del gobernador de Tucumán, un distrito con 1,1 millón de electores, sería la más importante desde las primarias del domingo hasta las generales de octubre.

En este contexto, en el equipo de campaña de Manzur dieron un volantazo que puso al ministro en un cómodo primer puesto de las encuestas.

En primer lugar, decidieron separar la campaña de Manzur de la de Alperovich, que es candidato a senador nacional. Es que el actual gobernador acaparaba todos los flashes durante las recorridas y Manzur seguía teniendo un alto nivel de desconocimiento aún dentro del peronismo.

El efecto oflar

La segunda decisión fue “humanizar” a Manzur y sacarle el aburrido estilo de ministro nacional que no lo acercaba a la gente. Para eso, lo hicieron aparecer en campaña en contacto directo con los vecinos y lo obligaron a dejar el saco y la corbata en el ropero.

En este mismo proceso de “humanización”, el peronismo tucumano encontró el canal más efectivo en una serie de spots que se titularon “Este es Juan Manzur”, admitiendo que al ministro hacía falta que lo presentaran.

El spot que se viralizó en mayor medida y convirtió a Manzur en un candidato más popular, fue uno en el que el ministro es invitado a “oflar”, un verbo que no figura en la Real Academia Española pero que los tucumanos utilizan para referirse al proceso de estirar la masa para las empanadas.

“Qué ofle el doctor”, le dicen un grupo de señoras a Manzur en el video, que generó decenas de “memes” en las redes sociales, positivas y negativas, y en el que se lo puede ver al ministro arremangándose la camisa para amasar. En el entorno de Manzur compararon al “efecto oflar” con el “Alilka Alikate” de Francisco de Narváez en 2009, cuando derrotó a Néstor Kirchner.

Estrategia calcada

En este contexto, Scioli advirtió luego de las primarias –donde sacó su mayor diferencia respecto de Mauricio Macri en las provincias del norte-, que la elección de Tucumán le podía servir como trampolín para lo que queda de la campaña hacia octubre, justamente el mismo argumento que esgrimieron en Cambiemos durante la campaña de Cano.

En el sciolismo analizan que luego del episodio de las inundaciones y su vuelta acelerada de Europa, Scioli tiene una chance inestimable de relanzarse con Manzur, a quien visitará el martes para cerrar la campaña.

El interés de Scioli es doble: Manzur y Alperovich fueron los primeros “sciolistas” del interior en organizarle un acto que convocó a 45 mil personas y provocó la ira de Cristina Kirchner. 

El modus operandi más del estilo "naranja" del comando de campaña de Manzur se pudo ver de manera nítida la semana pasada, cuando el ministro visitó los estudios de TN para entrevistarse con Eduardo van der Kooy y Julio Blanck, una aventura que pareciera estar prohibida para el gabinete de la presidenta.

En el comando de campaña del PRO aseguran que Manzur no tiene una diferencia grande como la que plantean en el sector del ministro, aunque reconocen que un par de meses atrás Cano estaba arriba por 15 puntos y ahora la pelea es cabeza a cabeza.

Y pese a que luego de las primarias a Cano sólo le mandaron a Gabriela Michetti –como sucede en cada derrota del PRO-, el propio Macri irá junto a Ernesto Sanz y la senadora el miércoles para respaldar al candidato radical.

En el macrismo admiten que quedarán conformes si Cano, pese a no obtener la victoria, logra achicar la gigantesca diferencia de 37 puntos que Scioli le sacó a Cambiemos el domingo pasado con la ayuda de Alperovich.