Sergio Massa evalúa los últimos pasos a dar y en su panorama de opciones no descarta casi nada: desde ser candidato a gobernador en el FpV, un acuerdo con el PRO y hasta insistir en una primaria con José Manuel de la Sota.

Los 18 intendentes que llegaron ayer a la noche a Tigre, la mayoría de municipios chicos, esperaban una definición que no llegó. Massa blanqueó que recibió una oferta del gobierno para competir en la provincia acercada por José Eseverri que dijo que se juntó con Wado de Pedro por ese tema y no para terminar de cerrar su regreso al kirchnerismo.

“¿Pueden creerles que están enamorados de nosotros y hace dos años que nos persiguen?”, les preguntó. Hablaban de una candidatura sin un presidencial -la famosa boleta corta-, para lo que en realidad no necesita aliarse al Gobierno sino dejar vacío el casillero nacional. Igual, no cerró del todo la puerta a un acuerdo con el kirchnerismo.

La desesperación y las versiones cruzadas se entienden, en lo que queda del Frente Renovador, cada alternativa puede ser vida o muerte, según de quien se trate.

Para los intendentes un retorno al Gobierno puede permitirles barrer a sus candidatos en la interna y despejarse el camino para octubre. Pero para los candidatos que enfrentan a alcaldes oficialistas, pelearlos en agosto con la misma camiseta puede ser suicida.

“Yo necesito saber contra quien peleo y qué armas distintas tengo. Si me das las mismas, al intendente no le gano”, simplificó uno de ellos a LPO.

Anoche, Massa intentó calmarlos con la idea de una fórmula presidencial con De la Sota, quien mide 4 puntos y en julio podría celebrar una victoria de Juan Schiaretti en Córdoba.

Pero el gobernador aclaró esta mañana de mala manera que no lo habían consultado y prefería seguir anotado para competir en agosto en las primarias por la candidatura a Presidente. "Si Massa quiere que sea candidato a gobernador nuestro", se envalentonaban cerca del cordobés.

El jueves Massa viajará a Córdoba para intentar ablandarlo, pero las expectativas de convencerlo no son las mejores. Igual, tampoco descarta ir con De la Sota a octubre, aunque sea "para perder". El líder del Frente Renovador está convencido que sino hay gran primaria opositora que lo incluya, en octubre ganará el kirchnerismo.

Por eso, se plantea que acaso la mejor salida que le queda es presentarse igual, para luego disputar el liderazgo opositor. Cuando analiza esa opción, cree que presentarse le permitiría consolidar un frente opositor con raigambre peronista y liderar un grupo de legisladores, capaces de dirimir el quórum.

Pero para asegurarse ese objetivo necesita al menos alcanzar 15 puntos en octubre y por estas horas nadie puede garantizar que no se caiga a pedazos si en agosto queda lejos de un segundo puesto. Fue lo que le ocurrió a Ricardo Alfonsín en 2011 y a Francisco De Narváez en 2013.

La indefinición de Massa también tiene alterado a sus candidatos del interior, sobre a todos a los que no son radicales y no podrán pegar sus boletas al PRO.

Son los casos de Alfredo Olmedo en Salta, Adrián Fuertes de Entre Ríos y Oscar “Cachi” Martínez en Santa Fe, entre otros.

Hay provincias como La Pampa, Santiago del Estero y Catamarca donde el Frente Renovador ni siquiera tiene candidatos. Todo un síntoma.

El miércoles vence la fecha para el cierre de alianzas y quienes quieran ser legisladores nacionales deben definir si compiten en octubre con la boleta del Frente Renovador o con una propia, con el color que elijan y sin candidato a presidente. Si Massa no está en carrera en octubre, tal vez la última sea la mejor opción.