El presunto autor del robo a la casa de Sergio Massa en plena campaña electoral de 2013 era un espía del Gobierno, y no un puntero político de Tigre como había sugerido Sergio Berni.

El propio suboficial de Prefectura Naval, Alcides Díaz Gorgonio, reconoció en una escucha ser el hombre que ingresó al hogar del entonces candidato a diputado nacional, y dijo trabajar como agente de la Dirección de Inteligencia Criminal, un organismo de espionaje que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo del secretario Berni.

Según reveló Clarín, Díaz Gorgonio señaló además que “la Dirección de Inteligencia Criminal, donde estaba yo, pasó directamente a la Agencia Federal”, al explicarle a su mujer el proyecto K de renovación de la ex SIDE. 

Díaz Gorgonio está preso en un pabellón de la Unidad San Martín del Servicio Penitenciario y espera por el juicio oral que lo juzgará por el hecho ocurrido el 20 de julio de 2013. Según el registros de las escuchas, Díaz Gorgonio ya intentó influir sobre un expediente para frenar el proceso en su contra.

El cuñado de Massa, Sebastián Galmarini, había adelantado a LPO dos semanas después del robo que “esto es parte de la interna con Verbistsky y (César) Milani” en la inteligencia del Gobierno. “No fue un robo, fue una burda operación de inteligencia del Gobierno”, continuó el senador provincial y dijo que el prefecto Díaz Gorgonio “es un empleado de la inteligencia” nacional.

Las encendidas palabras de Galmarini llegaron luego de que Berni saliera a decir que el hecho delictivo en realidad era una “operación televisiva” y que el detenido era un “puntero político de Massa”.

Según reconstruye el periodista Nicolás Wiñaski, el 13 de septiembre de 2014, Malena Galmarini recibió un llamado de teléfono de un hombre que amenazó de muerte a sus hijos, lo que llevó al fiscal Mariano Magaz a abrir una investigación al respecto.

La Justicia determinó entonces que el celular desde donde se había realizado el llamado sospechoso había sido conectado a varias líneas distintas a través de diferentes chips de Telecom Personal: una de ellas era usada por el prefecto Díaz Gorgonio desde la cárcel.

El fiscal Magaz ordenó la intervención de ese teléfono. Las escuchas de las conversaciones del prefecto, concretadas por la Secretaría de Inteligencia (SI), fueron sumadas como prueba al expediente del caso Massa.