El gobierno quiere empezar el 2015 con la inflación más baja posible, tras el freno que registró la suba de precios durante diciembre. Para ello, intenta convencer a las provincias de que no aumenten sus tarifas eléctricas, ofreciéndoles a cambio obras de infraestructura, y planea postergar un nuevo ajuste en los boletos de trenes.

De esta manera, la prioridad de los funcionarios parece estar puesta en contener la inflación, más que en una reducción del déficit público que, al tener bloqueado el acceso a los mercados, se financia con emisión monetaria. Es que si el gobierno apunta a mantener las tarifas de las eléctricas congeladas a lo largo del 2015, tendrá que seguir desembolsando suculentos subsidios, por lo que no tendría margen para impulsar un recorte en el gasto, y por ende, de la impresión de billetes.

Lo cierto es que en diciembre las consultoras privadas mostrarían la tasa de inflación más baja de todo el año. De acuerdo a los economistas, la suba de precios del 2014 cerrará más cerca del 37% que del 40% que se preveía en enero, cuando el peso se devaluó un 20%.

En Ecolatina y el Estudio Bein pronostican una suba de precios en torno al 1% para este último mes. En tanto, en Elypsis advirtieron que “sorpresivamente, la inflación semanal durante la segunda semana de diciembre fue nula”.

“Por primera vez desde que se inició el relevamiento en febrero de 2013, los precios correspondientes a la semana del 8 al 14 de diciembre registraron respecto a la semana anterior una variación nula, por debajo del 0,34% registrado una semana atrás, lo que ubica la inflación cuatro semanas en 1,07%, equivalente a 1,19% mensual”, reza su informe más reciente.

Para Elypsis, noviembre fue el séptimo mes consecutivo que mostró una tasa de inflación mensual del orden del 2 por ciento, y en diciembre podría caer por debajo de esa cifra.

De acuerdo a los analistas, influyen varios factores. Por un lado, la recesión y la baja en el precio del petróleo; por el otro, que los cálculos se hacen frente a una base de comparación más alta, el último trimestre de 2013, cuando la inflación comenzó a dispararse.

“La inflación empezó a bajar porque el Banco Central esterilizó buena parte de la emisión”, añadió el economista Félix Piacentini, de la consultora NoaNomics, en diálogo con LPO.

“El año que viene la inflación va a estar entre 30 y 35 por ciento. La suba de precios se va a reducir un escalón por la recesión, no por una menor emisión”, explicó el salteño.

Es en ese marco que el gobierno apunta a mostrar una inflación contenida en medio de un año electoral. De ahí las negociaciones que está realizando el ministro de Planificación Julio de Vido, con funcionarios provinciales, para convencerlos de que planchen las tarifas durante todo 2015, según adelantó hoy La Nación.

Además, este medio pudo saber que la actualización que pensaba hacerse sobre los boletos de trenes se postergará hacia más adelante.

En ese sentido, la reducción del 5% en naftas y gasoil que anunció ayer Axel Kicillof surge del mismo diagnóstico que hacen en el gobierno: en el último mes la inflación bajó y hay que apostar a controlarla.

El problema es que, en el caso de los servicios públicos, seguir planchando sus tarifas para evitar un impacto sobre los precios representa un mayor gasto en subsidios y amenaza con agudizar todavía más el déficit fiscal, que se financia con emisión monetaria, lo que termina derivando en una mayor presión inflacionaria.

“Al final termina siendo lo mismo. No suben la tarifa, pero el agujero fiscal se tapa con emisión, con lo cual la no suba de tarifas termina generando inflación”, apuntó Piacentini.

El economista explicó que "si bien subir las tarifas genera inflación, la recomposición es de una vez y para siempre. Suben un escalón, pero no se genera el combustible constante como en el caso de la emisión”, analizó el economista.

De todas formas, la baja en el precio del petróleo podría tener un impacto significativo en las cuentas fiscales, aliviando la carga de los subsidios.

“Si se mantienen los actuales precios del petróleo, el sector público recaudará en 2015 aproximadamente $ 2.400 millones menos en concepto de derechos de exportación. Por otro lado, ante un abaratamiento de las importaciones de combustibles, los subsidios energéticos se verán reducidos: para 2015 prevemos un ahorro de $17.500 millones en este rubro. Por lo tanto, el impacto en términos globales será positivo para las cuentas públicas en cerca de $ 15.100 millones (0,3% PBI)”, calculan en Ecolatina.