Florencio Randazzo y Diego Bossio visitaron hoy la Universidad Nacional de San Martín. Caminaron juntos, conversaron, sonrieron y posaron para las fotos. No fue sólo una actividad protocolar, se trató un ensayo que puede definir las candidaturas en el oficialismo.

Bossio tomó distancia de Daniel Scioli y ahora está jugando muy fuerte con Randazzo. Ambos empiezan a tantear la posibilidad de ir juntos en las primarias del kirchnerismo. El ministro como candidato a presidente y el titular del Anses como candidato a gobernador.

Bossio esta lanzado a la pelea por al gobernación bonaerense desde hace varios meses. Si bien todavía no lo dice explícitamente directamente, juega todo el tiempo asegurando que ama la provincia de Buenos Aires y no evita cuestionar a Martín Insaurralde, el candidato que más mide.

Con el correr de las semanas las chances del titular de la Anses ascienden mientras que en paralelo crece también el acercamiento de Insaurralde al Frente Renovador de Sergio Massa.

Según pudo saber LPO, Bossio maneja encuestas de la consultora Analogías y las últimas mediciones de Analía del Franco reflejan una paridad entre Randazzo y Scioli en las primarias del Frente para la Victoria. Según este trabajo, en las generales el gobernador sigue sacándole una distancia considerable.

En la Anses están entusiasmados porque Bossio, aseguran, ya tiene un conocimiento en la provincia que supera el 50 por ciento y su imagen crece asociada a los programas más exitosos del gobierno, como la Asignación por Hijo, el de viviendas Procrear, el reparto de notebooks y ahora las becas para jóvenes estudiantes.

En este reacomodamiento, sólo quedaría como rival interno Patricio Mussi, intendente de Berazategui y uno de los líderes del grupo de intendentes jóvenes, Los Octubres. En un movimiento espejo muy previsible, mientras Bossio se acerca a Randazzo, el hijo del histórico Juan José Mussi, inició una deriva hacia Daniel Scioli.

Inicialmente lanzado por Julio De Vido, enfrentó algunas internas en Los Octubres de otros aspirantes a la gobernación como Bali Bucca de Bolívar, pero estas han comenzado a ordenarse.

La semana que viene Mussi iniciará una campaña de instalación pública que apuntará a mejorar su nivel de conocimiento de acá a fin de año. Es el punto flojo de Mussi que tiene fuerte base territorial -fue el intendente kirchnerista que mejor ganó en las elecciones pasadas, acercándose a los 70 puntos- y además del grupo de los Octubres, cuenta con el respaldo de su padre, el hoy diputado provincial Juan José Mussi, que le acerca intendentes de los pesados del PJ bonaerense.

La bronca de Giustozzi

Estos movimientos como es lógico producen impactos a ambos lados de la vaporosa frontera entre el Frente Renovador y el Frente para la Victoria. El pase de Insaurralde al massismo está siendo aprovechado por Randazzo que busca recuperar viejos lazos con Giustozzi, quien estalla de furia ante la posibilidad de que el ex intendente de Lomas de Zamora sea el candidato a gobernador de Massa.

Si bien desde el massismo lo intentan tranquilizar -al igual que a otros aspirantes como Jesús Cariglino, Mónica López o Felipe Solá- con la promesa de que la candidatura a gobernador se dirimirá en todo caso en una primaria, lo cierto es que nadie se confunde: Si Insaurralde da el salto es porque tiene el compromiso de Massa de que lo apoyará en ese lance.

En esa línea, en el Frente Renovador saben que un Insaurralde bancado por Massa sumaría a su peso en la Tercera Sección Electoral, la supremacía del ex jefe de Gabinete en la primera y hasta se habla de que podría ponerle un vice de esa sección como el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. "Sería imbatible", es la conclusión.

Esta posibilidad sacó de eje a Giustozzi que encuentra en Insaurralde la corporización de un karma insufrible. Otra vez su vecino de distrito, le sacaría de las manos una candidatura que imaginaba asegurada, como sucedió en las pasadas elecciones cuando Cristina lo eligió como su candidato, acaso el principal motivo para el el ex intendente de Almirante Brown se pasara al Frente Renovador.

La tensión es tan grande dentro del Frente Renovador que para contenerlo, el propio Massa tuvo que ir adías atrás a un acto en Almirante Brown, para contener a su jefe de bloque.

En medio de esta pulseada, el diputado retomó contactos con el ministro del Interior y Transporte. Es que Giustozzi y Randazzo no son desconocidos. Antes de saltar al armado de Sergio Massa el líder de Almirante Brown reportaba directamente al ministro. De hecho, cuando Cristina eligió a Inaurralde el golpe al ego de Giustozzi fue demoledor y Randazzo se esforzó para contenerlo. Incluso pidió a Cristina que lo llamara para frenar su inminente salida. Pero la Presidenta, fiel a su estilo, ignoró el consejo. Así sello su llegada al massismo.

Con el líder de Tigre, Giustozzi buscó asegurarse la candidatura a gobernador bonaerense, pero Massa siempre evitó pronunciarse sobre el tema. Paradojas de la política argentina: El mismo Insaurralde que le ganaba en el Frente para la Victoria es ahora quien se le impone en el Frente Renovador, donde cayeron pésimo las veladas amenazas de Giustozzi de regresar con Randazzo si se confirma el pase de Insaurralde.

"Le dimos el segundo lugar en la lista de diputados nacionales, después la jefatura de bloque. ¿Qué quiere que hagamos si a pesar de todo no mide?", reflexionan lacerantes en el Frente Renovador.

En el entorno de Giustozzi tienen claro que tanto ayer como hoy su principal inconveniente es el conocimiento público y la intención de voto, por eso ensayaron una polémica y muy costosa campaña en medio de los partidos de la Selección, que podría derivar en próximas denuncias de dos destacados vecinos de su municipio: El concejal kirchnerista Mariano Cascallares y el integrante del Afsca, Gerardo Milman.