A horas de un nuevo intento por parte del oficialismo en el Senado bonaerense para aprobar el proyecto de Policías Municipales, la justicia decidió “congelar” la causa que debe investigar presuntas coimas en la Legislatura para torcer voluntades respecto de la votación en el recinto.

“La causa ha sido solicitada por el doctor Héctor Vogliolo y ya no está más en esta fiscalía”, dijo hoy el titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6, Marcelo Romero quien había decidido actuar de oficio luego que el senador massista Jorge D’Onofrio dijera ante los periodistas que “la sombra de la Banelco Naranja había llegado al Senado”.

“El expediente quedó en manos del fiscal general Héctor Vogliolo, quien deberá remitirla a la fiscalía que considere pertinente”, dijo Romero a LPO.

La causa está en la fiscalía general desde hace siete días y aún no tiene destino. Una posibilidad es que sea remitida a la fiscalía de Delitos Complejos Nº 8 a cargo de Victoria Huergo y Jorge Paolini, adonde suelen ser dirigidas las causas que tocan a funcionarios públicos y que en general no avanzan.

El problema es que el fiscal general requirió las actuaciones antes del llamado a declaraciones previsto para la semana pasada, por lo que la investigación quedó prácticamente en “foja 0”.

La polémica estalló durante el último intento del kirchnerismo por aprobar la ley que permite las Policías Municipales en distritos de más de 70 mil habitantes.

Durante las horas previas existió una denuncia concreta del massista Jesús Cariglino que daba cuenta de un “llamado” desde el Gobierno de Daniel Scioli para tratar de torcer la voluntad de su hermano Roque.

Pero además ya habían trascendido intentos del oficialismo para “convencer” al bloque radical mediante la provincialización de la deuda que tiene en jaque al municipio de Chascomús, gobernador por el radicalismo.

“Se generó un manto de dudas, una sombra de corrupción. La sombra de la Banelco se cierne sobre el Senado”, dijo D’Onofrio acusando al Frente para la Victoria de enturbiar el debate en el recinto intentando “torcer voluntades de manera espuria y poco transparentes”.