
El CEO de ClarÃn, Héctor Magnetto, no esperó a que baje la espuma de la indagatoria al vicepresidente Amado Boudou, para remachar al Gobierno con otra contundente señal de poder: Reunió en el Malba a tres de los presidenciables mejor posicionados para el 2015: Sergio Massa, Daniel Scioli y Hermes Binner se apresuraron a estrechar su mano.
Mauricio Macri, acaso como parte de la flamante sintonÃa con Cristina Kirchner o por un auténtico deseo de marcar lÃmites a los poderes consolidados, eludió el convite y adujo una vista a Rio Cuarto y San Luis. Igual, sin que se les cruce por la cabeza alguna fantasÃa rupturista con el principal grupo de medios de la Argentina, el PRO estuvo representado por Horacio RodrÃguez Larreta y Esteban Bullrich.
El otro presidenciable competitivo que no se dejó ver por el coqueto Malba fue el ministro de Transporte, Florencio Randazzo, coprovinciano de Magnetto de Chivilcoy, pero por lo visto con los pies bien adentro del plato del esquema de poder de Cristina.
Esa ausencia destaca asimismo el gesto de Scioli que avanzó muchos más allá de lo esperado en sus gestos de diferenciación y racionalidad -plasmados ayer en la económico con las exposiciones de Miguel Bein y Mario Blejer-; y hoy ya en lo medular del poder con su participación de un evento que tuvo al propio Magnetto como maestro de ceremonias.
El CEO de ClarÃn tuvo la delicadeza de no obligar a Scioli y Massa a posar junto a él. Primero llego el gobernador, que si se cruzó con el inofensivo socialista Binner; y minutos mas tarde entró Massa. Luego, llegó el presidenciable radical Ernesto Sanz.
La intención de Magnetto de dar por clausurada la etapa kirchnerista es tan transparente como el propio motivo formal de la convocatorio: Se trata de un ciclo de charlas organizadas para "repensar" la nueva Argentina. La temática de hoy -previsiblemente- fue el campo, que en la mirada de la Casa Rosada es el origen junto a los medios de todos sus males.
La movida de Magnetto fue leÃda por la polÃtica como el anuncio que dada por finalizada la etapa del kirchnerismo en el poder, su intención manifiesta es volver a ocupar un rol central en los cÃrculos de decisión, al punto que no importa quien sea el candidato ganador, todos corrieron presurosos ante su convocatoria.
Acaso fue una casualidad que la reunión se haya producido justo un dÃa después de la indagatoria al vicepresidente Amado Boudou, una instancia judicial leÃda casi como un triunfo por el grupo que viene investigando de manera enfática el escándalo Ciccone y otros casos de corrupción que afectan al kirchnerismo.
El simbolismo de fin de ciclo que proyecta la imagen de un vicepresidente entrando a los tribunales federales de Comodoro Py en medio de una desangelada y escasa movilización, no puede ser más evidente.
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