El ministro de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartango, dijo que se optó por dictar la conciliación obligatoria en el conflicto de la autopartista Gestamp porque si se iba por la vía del desalojo “podía haber lesionados y muertos”.
De esa manera, Cuartango respondió a las duras críticas de la ministra de Industria nacional, Débora Giorgi, quien dijo que la medida adoptada por la provincia es “para la foto”, “facilista” y “no resuelve el fondo del problema”.
“Tomamos la medida de la conciliación obligatoria porque priorizamos la protección de la salud de los trabajadores. El conflicto afectaba la paz social y el bien público, alteraba a la ciudadanía y afectaba el tránsito”, señaló Cuartango a través de un comunicado.
El ministro de Producción bonaerense, Cristian Breitenstein, aseguró que el conflicto “está solucionado”, e informó que mañana comenzarán las negociaciones en el ámbito del ministerio de Trabajo provincial, “para que la empresa, los trabajadores y SMATA lleguen a un acuerdo”.
El titular de la cartera laboral provincia dijo que si se reprimía podía haber muertos. “El conflicto había trascendido el ámbito que afecta estrictamente a los involucrados y de acuerdo al cuerpo de bomberos presente en el lugar, si se determinaba la disolución del conflicto por otra vía que no fuera la diplomática, había muchas posibilidades de que hubiera lesionados y muertos”, indicó.
Agregó que “nosotros generamos una nueva instancia de negociación y es muy importante. Hay que actuar y hablar con prudencia y responsabilidad. Antes de tomar estado mediático preferimos resolver los problemas de fondo. No gobernamos para los medios”.
Ayer, luego que el gobierno de Daniel Scioli dictara la conciliación obligatoria en el conflicto, la ministra de Industria cuestionó esa decisión. “Es una solución para la foto, no mira lo que puede pasar mañana, no resuelve el problema medular. Las extorsiones permanentes no se pueden tolerar”, enfatizó.
Además afirmó que detrás del conflicto hay “una cuestión política” que queda en evidencia al ver “quiénes hacen los reclamos” y la “violencia de los mismos”.
La protesta en la fábrica de Escobar es liderada por un grupo trabajadores en huelga contra el despido de 69 compañeros, paralizó la actividad de cinco plantas automotrices durante cuatro días. Por la falta de los insumos que provee Gestamp, Volkswagen Ford y PSA (Peugeot-Citroën) vieron forzadas su producción de automóviles.
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