El lÃder de los trabajadores petroleros de Santa Cruz, Claudio Vidal, está interesado en comprar la empresa de servicios petroleros de Luis Blaquier, una de las más grandes del sector. Una tentación para la búsqueda fácil de un sÃmbolo de época: un sindicalista peronista que le compra la empresa a uno de los apellidos de la más rancia aristocracia argentina.
San Antonio Internacional es una firma insignia dentro del sector de servicios petroleros. Se trata del jugador más grande de este segmento. San Antonio está controlada por el fondo Lone Star que a nivel local representan Luis MarÃa Blaquier, Enrique Boillini y Sebastián Caputo. La firma atraviesa una profunda crisis tras defaultear una deuda de 105 millones de dólares con un pool de bancos, donde los más expuestos son el Banco Galicia, el BBVA y el Macro, con préstamos que oscilan entre los 15 y los 17 millones de dólares. Con menos acreencias aparecen el HSBC y el ICBC, además de lo bancos estatales Provincia, Nación y Ciudad.
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San Antonio también mantiene una fenomenal deuda con la AFIP. De hecho, en una nota enviada al Ministerio de Trabajo de la Nación, solicitó que se le otorgue un plan de facilidades de pagos de 84 cuotas para refinanciar el saldo remanente por un total de 2.835.091.853 pesos. Antes que se desate la pandemia del coronavirus, la empresa ya registraba a unos 500 operarios sin tareas asignadas, y de los 150 equipos torre que tenÃa en actividad, actualmente solo funcionan 60.
Lone Star, uno de los principales fondos de Estados Unidos. La cara visible del fondo en el paÃs es Blaquier, ex titular del FGS de la Anses durante la gestión macrista, casado con Solana Gonzalez Balcarce mano derecha de Horacio Rodriguez Larreta. Blaquier es junto al denunciado ex presidente del HSBC Argentina, Gabriel Martino, uno de los empresarios más cercanos al jefe de Gobierno. También fue socio en el fondo Pegasus de de Mario Quintana, uno de los "ojos y oÃdos" de Macri durante su gobierno.
Por su paso en la función pública, Blaquier enfrentó una denuncia judicial, pero finalmente fue sobreseÃdo. Sus socios en San Antonio son Sebastián Caputo y Enrique Beillini. De perfil bajo, tuvo su minuto de fama en las elecciones del 2019, cuando decidió ser fiscal en José C. Paz y al cierre del comicio al parecer molesto con el resultado de su mesa que arrojó un triunfo aplastante de Alberto Fernández, decidió romper el telegrama.
Blaquier se quedó con San Antonio, la compañÃa que pertenecÃa a Perez Companc, en 2018 por 150 millones de dólares.
En abril de este año la empresa publicó un comunicado oficial donde se anunciaba el pago de salarios en cuotas ."La situación es producto de complejidades financieras que está atravesando la compañÃa, la crisis sin precedentes que venimos atravesando desde el año pasado se ha agudizado y todavÃa nos está generando dificultades financieras que nos imposibilitan el pago de la totalidad de nuestras obligaciones", señaló en un comunicado.
En ese momento Guillermo Pereyra, secretario General del gremio petrolero de Neuquén defendió la postura de la empresa. "La situación económica de San Antonio es caótica, tiene tremendas deudas, principalmente a la AFIP. Acá están en juego 4.000 puestos de trabajo en el paÃs, en Neuquén más de 2.000 directos e indirectos", afirmó.
La novedad es que la empresa inició un proceso de venta de sus activos y el principal interesado en la adquisición es el diputado nacional Claudio Vidal, referente del sindicato de petroleros privados de Santa Cruz, uno de los ganadores de las pasadas elecciones, que viene de desplazar al tercer puesto al kirchnerismo en su tierra natal.
Como primer candidato a diputado nacional del frente Somos EnergÃa para Renovar, se quedó con el segundo lugar en los comicios. Por primera vez se presentó por afuera del peronismo y no le fue mal.
Ahora, el movedizo lÃder sindical busca quedarse con el control de los equipos torre de la empresa San Antonio, bajo el argumento de "garantizar el empleo de los trabajadores que hoy están sin actividad".
Lo que no queda claro es cuales son los vehÃculos legales para concretar la transacción, ni de donde provienen los fondos con los que un sindicalista compra los activos de una empresa internacional número uno en servicios petroleros.
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El sindicalista no es rancio Luciana Glezer ???!!!! Aca la mas rancia sos vos Luciana Glezer !!!!