Máximo Kirchner reunió este lunes a los diputados del Frente de Todos que representan a la provincia de Buenos Aires y la Ciudad para hacer catarsis sobre la derrota electoral y evaluar una estrategia que pueda mejorar los resultados en noviembre.

El encuentro se mantuvo en el absoluto secreto, pero no es el primero ni el último: la semana pasada Máximo se vio las caras con los diputados de extracción sindical y en los próximos días recibirá a referentes de cada región. 

En todos, cada legislador tiene 5 minutos para hacer su diagnóstico de la elección y tirar ideas para mejorar en noviembre. Después llega el cierre de Máximo, con un balance de las leyes aprobadas estos años y el apunte de las que faltan, entre las que no se olvida de mencionar la reforma del Ministerio Público, que alcanzaría para desplazar al procurador Eduardo Casal. Es una de las que más resiste la oposición. 

La reunión de este lunes se realizó en la oficina de reuniones del tercer piso del palacio que Máximo tiene para sus asuntos y fuera acondicionada en 2012, cuando La Cámpora aterrizó en el Congreso por primera vez.

Máximo ya se reunió con los diputados sindicalistas, los metropolitanos y en los próximos días recibirá a los otras regiones. Hay reproches sobra la falta de ayuda económica y el retraso en la apertura de clases. 

Tanto fue el sigilo que se mantuvo que no se permitió a los asesores rondar por la zona y se les pidió a los diputados difundir detalles de lo ocurrido.    

Según constató LPO de varios de los que participaron, no hubo mención al proyecto del presupuesto presentado por Martín Guzmán el 15 de septiembre y aún sin fecha para iniciar su tratamiento. 

Sergio Massa, que no estuvo presente por encontrarse en La Plata, planea una reunión en estos días del ministro con los oficialistas que integran la Comisión de Presupuesto para fijar pautas, pero todavía no tiene día ni hora confirmada.

El ausentismo en barrios populares, la causa de la derrota que desató la crisis en el Gobierno

Guzmán no fue mencionado en la reunión en forma explícita, pero sí hubo alusiones implícitas al atribuir parte de la derrota a la escasa asistencia durante la pandemia en los barrios vulnerables, donde hubo un nivel de ausentismo récord.

Además, se oyeron reproches al cierre de escuelas durante 2020, sin plan de apertura a la vista y simultáneo en todo el país cuando los contagios no evolucionaban de la misma manera. Siempre con las palabras justas y sin dejar señales de brazos caídos. 

Lo más osado fue elogiar las medidas económicas que el gobierno anunciaría en los próximos días, que no es otra cosa que poner el tela de juicio parte de la letra chica del presupuesto. 

El texto no podrá evitar modificaciones. "Se van a definir a partir de los reclamos de los gobernadores y de los propios diputados. Pero no va a ser tan diferente a otros años", minimizan desde el kirchnerismo. De mínima, los mandatarios provinciales quieren revisar los planes de obras y subsidios y cerca de Máximo el detalle de la ayuda social. 

Los representantes de zonas rurales se quedaron abrumados por el rechazo al gobierno a partir de medidas como la suspensión de las exportaciones a la carne, que Alberto prometió revisar junto a su flamante ministro de Agricultura Julián Domínguez.  

Varios diputados nunca se habían visto las caras, después de un año y medio de sesionar por zoom. Y quien más concentró las miradas fue Fernanda Vallejos, que reapareció después de la filtración de sus audios explosivos contra el presidente, que en el bloque dicen que no eran muy diferentes a los que distribuyó entre sus pares. 

Los porteños presentes sostuvieron que haber mejorado la elección de 2017 fue un mérito, después de los coletazos de la pandemia en la ciudad más mediática del país, y confiaron en que los números podrían mejorar en diciembre.

Los bonaerenses no se atrevieron a hablar de una victoria pero sí de una mejora en los números que al menos termine con una elección pareja. Es todo lo que pueden esperar. Menos de lo que imaginaban.