El gobierno de Axel Kicillof logró renegociar las condiciones de un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para finalizar las obras de dragado del Río Salado. El acuerdo será por un monto total de USD 110 millones y ya se iniciaron los trabajos para licitar las tareas.

Originalmente, el BEI iba a financiar una de las etapas del Tramo IV en la Cuenca del Río Salado, que actualmente se lleva adelante con fondos del Gobierno Nacional.

Viaje al dragado del Río Salado, la obra de movimiento de suelo más importante del país

Por eso, el préstamo recuperado se reorientará para los trabajos del Tramo V, el último contemplado por el plan maestro elaborado durante la gestión de Eduardo Duhalde y que llega hasta la laguna El Carpincho, en Junín.

El gobierno provincial retomó este año el diálogo con ese organismo internacional para recuperar las negociaciones discontinuadas por la gestión de Cambiemos. Según explican desde el gobierno, como resultado de esas gestiones se logró mejorar las condiciones financieras que se establecían y se firmó el contrato.

"Luego de mucho tiempo y de extensas negociaciones dimos el primer paso para la implementación de este nuevo préstamo con el BEI. Esto nos permite garantizar el financiamiento para completar la ampliación de cauce del Río Salado que estaba prevista en el Plan Integral", dijo la Responsable de la Unidad de Coordinación y Ejecución de Proyectos de Obra (UCEPO), Nayla Siancha.

Actualmente los trabajos se desarrollan en el tramo IV. Allí unas 18 dragas remueven el lodo para ensanchar y darle mayor profundidad al río que atraviesa la provincia de Buenos Aires. El objetivo final es mitigar el impacto de las inundaciones y recuperar unos 8,5 millones de hectáreas productivas.

Una vez finalizadas las obras, se obtendrá un cauce totalmente saneado, desde el inicio hasta la desembocadura del río en la Bahía de Samborombóm, y se podrá responder de manera eficaz a los riesgos de inundaciones y sequías en la zona.

Por su dimensión, la obra supera por lejos a obras emblemáticas del mismo tipo como el Canal de Suez y el Canal de Panamá. Hasta el momento se llevan excavados casi 265 millones de metros cúbicos de tierra con una inversión que ronda $11.000 millones financiados por el gobierno nacional y el Banco Mundial.

Se trata de un cauce natural que drena que una superficie equivalente al 60% del territorio de la provincia, esto es más de 17 millones y medio de hectáreas. El agua baja con calma por una tenue pendiente en un serpenteado cauce hacia el mar. La diferencia de la altura entre su nacimiento y la desembocadura es mínima: apenas unos 70 metros en sus 640 kilómetros de recorrido.

A diferencia de la mayoría de los lugares en donde la proximidad del río implica una ventaja socioeconómica, en la provincia la cercanía al Salado históricamente presentó una dificultad.

Las causas de los actuales problemas hay que rastrearlas en la propia evolución geomorfológica del río. La cuenca se originó a partir de un extenso período de desertificación en el que los procesos eólicos prevalecieron e influyeron en la formación del paisaje.

Las lluvias que llegaron tras esos largos años de sequía y erosión fueron formando una secuencia de abanicos aluviales que van desde las sierras del centro de la provincia hacia el norte. Pero el sistema de drenaje natural aún no tuvo la maduración suficiente para adaptarse a ese cambio climático.