En el kirchnerismo no cayeron bien las declaraciones de Santiago Cafiero, que abrió el juego para que las provincias, la Ciudad y los privados puedan comprar vacunas por su cuenta.
La UCR habÃa pedido en el Congreso que las provincias y privados pudieran negociar vacunas y a ese reclamo se sumó el PRO a través de la senadora nacional Laura RodrÃguez Machado. Pero hasta el momento era el Gobierno nacional el que habÃa llevado adelante las negociaciones con los laboratorios y otros estados, como el de Rusia y China, para la adquisición de las vacunas.
Cafiero pateó el tablero y dijo anoche que "no está prohibido" por la ley 27.573 sancionada el año pasado justamente por pedido de la norteamericana Pfizer, que las jurisdicciones y los privados compren sus propias vacunas.
El acuerdo con Pfizer se cayó después pero no la metodologÃa. La compañÃa norteamericana aclaró que tenÃa el mismo tipo de contratos con todos los paÃses del mundo. Desestimó asà las versiones del canje de glaciares por vacunas que habÃan sugerido en el Gobierno argentino, volcado por completo al negocio de Hugo Sigman, que cuatro meses y medio después de la entrada al paÃs de la primera vacuna contra el coronavirus, aún no entregó una sola dosis de AstraZeneca fabricada en suelo argentino.
Tras los dichos de Cafiero, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo que "no hay mercado" para una gestión de ese tipo y el gobierno de Córdoba dijo que los laboratorios que contactó no pudieron garantizar vacunas hasta finales de 2021. Los dichos de Quirós generaron una interna en el PRO y desde el sector de Patricia Bullrich lo acusaron de "ceder la autonomÃa que tiene la Ciudad de Buenos Aires de traer sus propias vacunas".
La geopolÃtica de la vacunación
En el kirchnerismo, de todos modos, temen que empiece a jugar "la mano invisible de la geopolÃtica" a favor de Horacio RodrÃguez Larreta, el principal gobernante de la oposición. Y que el jefe de gobierno porteño pueda acelerar gestiones para conseguir la vacuna de Pfizer, lo que podrÃa significar un golpe de fuerte impacto en los meses previos a las elecciones. Para el oficialismo esas gestiones ya existen: el legislador albertista Leandro Santoro presentó un pedido de informes después de las declaraciones de Quirós para que la Ciudad informe con qué laboratorios se encuentra negociando.
El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, de Cambiemos, dijo a Radio Provincia que "en todo el mundo el que compra vacunas es el Estado nacional". Pero dejó la definición que preocupa al kirchnerismo: "No se llega por dinero, se llega por geopolÃtica".
Precisamente en el kirchnerismo tienen siempre presente que a Mauricio Macri el FMI le prestó 45 mil millones de dólares gracias a las gestiones de Donald Trump, en una evidente jugada geopolÃtica. En Estados Unidos no ocultaron que jugaron fuerte para que el peronismo no volviera al poder.
En el PRO también reclama que los gobernadores puedan comprar vacunas
Ahora, en el kirchnerismo no ven por qué no pueda repetirse una situación similar con Larreta, justo en un año de elecciones. Más teniendo en cuenta que Alberto Fernández se convirtió en el promotor en Latinoamérica de la vacuna rusa Sputnik V desarrollada por el gobierno de Vladimir Putin.
Pfizer, que tiene sus oficinas centrales en Nueva York, entregó casi 10 millones de dosis a los paÃses de la región. Y no a cualquier paÃs: todos ellos están alineados a Estados Unidos.
México, el principal socio de EEUU en Latinoamérica, recibió la mayor parte: 6 millones de vacunas, de las 34,4 millones que compró. El resto de los paÃses que recibieron dosis tienen gobiernos de centroderecha, pro Estados Unidos.
Chile, gobernado por Sebastián Piñera, recibió 1,6 millones de dosis. Este jueves desde Chile salieron a desmentir a Cafiero, que dijo que el paÃs trasandino sólo habÃa recibido 30 mil dosis. Esperan recibir 10 millones. Colombia y Perú, los otros dos paÃses de la Alianza del PacÃfico también recibieron dosis: el paÃs gobernador por Iván Duque ya tiene 1 millón y el de Francisco Sagasti 200 mil.
Uruguay, gobernado por Luis Lacalle Pou, recibió alrededor de 260 mil dosis y tiene compradas un total de 2 millones.
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Pero fue una falsa alarma y dió el paso en falso.
Los porteños, en otra epoca orgullosos y poderosos, hoy viven arrodillados y suplicando por unas vacunas que le permitan poner en marcha de nuevo el fluir de turistas y de su decaida economía. ¿Sera que se estan quedando sin dolares?¿Será que una cuidad, otrora poderoza y rica, hoy no es mas que un servicio gigante para turistas?
Mamita, lo que esta destruyendo larrata es la identidad misma de la cuidad. Hoy los porteños no son mas que sirvientes incapaces de producir la mas minima riqueza y que solo atinan a suplicar por la llegada de turistas.
El temor no deberia ser la llegada o no de Pfizer a caba. Sino que la no reactivacion de la cuidad sea el comienzo de la bola de nieve que por fin saque al pro de la cuidad. Con tanta pasividad e inoperancia politica, parece inevitable.