Brasil atraviesa una semana cargada de tensiones. La renuncia del Canciller y el ministro de Defensa y la sorpresiva salida de los tres comandantes de las Fuerzas Armadas agudizaron una crisis que viene creciendo ante la descontrolada pandemia que está dejando tierra arrasada de muertos y contagios.
Fiel a su estilo, Bolsonaro busca rodearse de leales para ratificar su postura sobre el presente aunque esto implique dilapidar parte de su capital polÃtico para el futuro. Mientras tanto, los acuerdos con el Centrao se mantienen y aleja la posibilidad de un juicio polÃtico.
Crisis en Brasil: renuncia la cúpula militar por diferencias con Bolsonaro
La tensión con los militares demostró que no hay homogeneidad en los uniformados y hay quienes no quieren ver perder el prestigio ante la catástrofe sanitaria que viene gestando el gobierno. El saliente ministro de Defensa, Fernando Azevedo, y los tres jerarcas que renunciaron serÃan un ejemplo de esto último.
El presidente nombró como jefe del Ejército al general, Paulo Sérgio Nogueira de Oliveira, cercano al saliente Edson Leal Pujol. El flamante comandante viene de ser el responsable del aérea de Salud del Ejército y se descuenta que tendrá una mirada diferente respecto de la pandemia, ya que, en una reciente entrevista que cayó mal en el entrono del gobierno dijo que se están preparando para la segunda ola con medidas de cuidados muy distintas a las que promueve Bolsonaro. "Parece una derrota para el presidente, que querÃa poner cargo del comandante del ejército del nordeste, Marco Antonio Freire Gomes", confió una fuente cercana a los cÃrculos militares a LPO.
Por otra parte, en la Armada, asumió el almirante Almir Garnier, cercano a la anterior administración de Azevedo en Defensa pero es visto como un bolsonarista moderado y en la Fuerza Aérea, el brigadier Carlos Almeida Baptista Jr. cercano al bolsonarismo.
LPO conversó con Thiago RodrÃgues, politólogo de la Universidad Federal Fluminense, quien dijo que "hay quienes plantean que lo que forzó la salida de Azevedo y los comandantes fue la presión de Bolsonaro para que vayan contra la Corte Suprema de Justicia por la intención de Bolsonaro de impedir las medidas de contención en los estados aplicadas por los gobernadores como el lockdown y otras medidas de aislamiento social y la presión sobre los militares por el caso Sergio Moro que volverá a ser analizado por la Corte el 14 de abril". "Si se confirma la suspensión de Moro y la anulación de las condenas del Lava Jato, incluidas las de Lula, serÃa un golpe fuerte contra Bolsonaro", agregó.
A su vez, el especialista remarcó que "Bolsonaro está con mucho miedo, presionado y debilitado porque la salida de los militares fue una señal de que no hay una armonÃa con la cúpula. Hay comandantes que lo apoyan pero esto no es unánime".
Como ocurre en cada crisis que puede afectar la legitimad del presidente, aparece la figura de su vice, Hamilton Mourao, que, como contó LPO, ya no cuenta con la confianza de Bolsonaro y evalúa dejarlo fuera del formula para el 2022. En ese aspecto, RodrÃgues señaló que "Mourao está como siempre, enigmático, por detrás y se mantiene estratégicamente en ese lugar y mostrándose cada vez más fuerte como alternativa a Bolsonaro".
Una de las versiones que circuló por los diferentes medios de Brasil fue la que plantean que los tres comandantes salientes no quisieron formar parte de una "aventura golpista" dando a entender que el presidente estaba dispuesto a ejecutar un auto golpe.
RodrÃgues manifestó que "no creo que Bolsonaro haya querido dar un autogolpe, pero hay hipótesis que sostiene que este cambio total está preparado para que en caso de que pierda las elecciones, como marcan las encuestas, quiera preparar el terreno para un autogolpe el año que viene". "Eso estarÃa combinado con las policÃa militares, en algo parecido a lo que pasó en Bolivia con motines y sublevaciones que serÃan lo suficientemente fuerte como para una intervención militar", agregó.
El especialista destacó la figura del flamante ministro de Defensa, Walter Souza Braga Netto, que fue el intervención de la seguridad en RÃo de Janeiro durante el gobierno de Michel Temer y tiene contacto con los policÃas militares y las milicias. "Es posible Bolsonaro quiera preparar un autogolpe el año que viene", insistió Thiago RodrÃgues.
Por estas horas el debate se centra en que capacidad tendrá Bolsonaro para evitar que el descontento creciente de un sector del ala militar pueda traerle problemas futuros.
Una fuente con acceso a los altos mandos militares dijo a LPO que "están todos en silencio y muy preocupados" y reveló que los generales de las tres fuerzas confÃan en que la nueva conducción no será cooptada por la polÃtica, algo que no es compartido por los coroneles, que temen una intervención más fuerte del gobierno.
Como sea, lo que deja en claro esta crisis es que el partido militar es una pieza fundamental del sistema polÃtico que busca trascender a la figura de Bolosonaro para convertirse en un ordenador de los asuntos públicos de Brasil.
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Fase 2) Invasión de Venezuela desde Colombia, Aruba, Curazao y las Guyanas.
Fase 3) Invasión de Argentina desde Chile, Uruguay, Paraguay y las Falklands.
Fase 4 ) Declaración de "continente seguro".
El tema es que la situacion en Brasil es catastrofica, en el mejor de los casos (para el!) Bolsonaro va preso, en el peor, lo fusilan.