Alberto Fernández ensayó con la crisis del vacunatorio VIP una nueva comunicación que apunta a cerrar los conflictos sin confrontar con periodistas en largas entrevistas, definir voceros para cada ocasión y, sobre todo, garantizar una respuesta institucional rápida y precisa en días de crisis.

Aunque la incontinencia verbal del presidente no da garantías de cumplir al pie de la letra el libreto, sí se respetó desde el viernes, cuando se supo que Ginés González García había abierto el Ministerio de Salud para vacunar contra el Covid a funcionarios y amigos.

Alberto cuestionó las denuncias por las vacunas VIP: "Terminen con las payasadas, no existe el delito"

Recién este martes, en el Palacio Nacional de México, aprovechó preguntas de periodistas argentinos para despacharse contra la cobertura de los medios. En otros tiempos, hace no tanto, hubiera aplicado esa descarga de furia en entrevistas radiales y televisivas que no siempre terminaban bien, con frases ajenas al tema en cuestión que, sacadas de contexto, traían más problemas que soluciones.

Hace poco más de un mes, Alberto recibió un planteo de su equipo más cercano, liderado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para que al menos acepte repensar la política comunicacional, un área que desde la campaña controla a gusto, sin otra estrategia que su propia espontaneidad.

Hace poco más de un mes, según supo LPO, el presidente volvió a recibir un planteo de su equipo más cercano, liderado por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, para que al menos acepte repensar la política comunicacional, un área que desde la campaña controla a gusto, sin otra estrategia que su propia espontaneidad.

Siempre creyó que era lo mejor, pero las dificultades para explicar las idas y vueltas en las negociaciones por la llegada de vacunas lo obligaron a repensarlo. El episodio que había motivado un replanteo fue el escarmiento que recibió la entonces viceministra de Salud, Carla Vizzotti, con voces en on y en off, luego que sugiriera aplicar una dosis en lugar de dos, una idea que ya estaba en práctica en Inglaterra.

"Permitió que la sacrificaran un día entero, la envió a responder en entrevistas radiales que no tomaron trascendencia y luego la dejó mal parada en los diarios", se indignaban algunos funcionarios cercanos en aquellos días. Hoy esa idea no parece tan descabellada y al menos merecía un debate mas serio y mesurado.

Tomada, Beliz, Alberto y Guzmán en la reunión con empresarios en México.

Télam

El plan que por ahora aceptó el presidente busca limitar los largos reportajes con periodistas afines o no, porque en cualquier caso pueden terminar mal. Las respuestas urgentes deben ser "institucionales" y dejar marca obligada en la agenda. Nadie habla de cadenas nacionales, pero no descartan declaraciones subidas de tono en la Casa Rosada similares a la que se escucharon en el Palacio Nacional de México.

Sobran antecedentes de entrevistas sin final feliz, pero una que muchos funcionarios recuerdan es la que brindó en Sobredosis de TV, el programa de C5N en las noches de sábado, en el que la gestión presidencial no suele ser atacada.

El plan, que por ahora aceptó el presidente, busca limitar los largos reportajes con periodistas afines o no, que en cualquier caso pueden terminar mal. Las respuestas urgentes deben ser institucionales y dejar marca en la agenda. No descartan declaraciones subidas de tono similares a la que se escucharon en el Palacio Nacional de México.

Tal vez confiado en ese contexto favorable, en agosto Alberto aceptó estar tres horas en el estudio y antes de despedirse contó que al mediodía siguiente almorzaría con "gente que quería", en tiempos en que el aislamiento social prohibía reuniones sociales. 

Aunque la mayor indignación en los pasillos de la Rosada ocurre cuando aporta declaraciones a los diarios para nutrir notas sumamente críticas a su gestión. Algunos de sus colaboradores no entienden porque al menos no invierte el tiempo en otra cosa. 

Como parte de su mutación, además de hablar menos y aceptar un trabajo más intenso y profesional en redes sociales, Alberto habilitará voceros con mandato y guion para defenderlo ante cada conflicto. Por caso, sobre el vacunatorio VIP le tocó a Cafiero, que este martes protegió a rabiar al Gobierno en la mañana radial, sin evitar cruces fuertes como el que tuvo con el periodista Luis Novaresio. También salió a enfrentar los micrófonos el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien colaboró para la logística de la vacunación en el interior del país.

La reacción ante el conflicto del Vacunatorio Vip fue, tal vez, uno de los principales cambios de estos días, con la rápida salida de Ginés, la visibilización del conflicto desde la Casa Rosada y la vocación de mostrar al presidente dispuesto a mover las fichas en el Gabinete.

Cafiero y Vizzotti este martes se pusieron al frente de la respuesta del gobierno a la crisis del Vacunatorio VIP.

Télam

No fue nada fácil convencerlo porque, dicen quienes lo frecuentan, disfruta de su perfil "amiguero", con retos y humillaciones hasta exageradas, pero sin despidos repentinos que exhiban autoridad. Un caso fue cuando bloqueó de su teléfono al ministro de Educación, Nicolás Trotta, molesto porque le habían adjudicado una supuesta cuenta offshore a su nombre, denuncia que luego la justicia desestimó. 

El presidente también cortó el vínculo por algunos días con el canciller, Felipe Solá, como penitencia por sus mensajes poco amigables al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una entrevista y un tuit. Al parecer, no habían sido coordinados, pero alcanzó un desayuno para hacer las paces y seguir como si nada.

Antes de la crisis del Vacunatorio VIP, importantes dirigentes de la coalición oficial no entendían como el Gobiernop no daba un parte diario cuantos vacunados había, en días en que las dosis escaseaban en todo el mundo y hasta eran pedidas en capitales europeas. 

Con sus nuevas restricciones, Alberto planea salir a flote con cuatro ejes estratégicos, que se definieron antes del escándalo del Vacunatorio VIP: el retorno a las clases presenciales, la recuperación económica, el flamante consejo económico y social y, todavía, el plan de vacunación, que se amplía con llegada de nuevas dosis desde China y Rusia.

En enero, algunos funcionarios y legisladores afines al Gobierno no entendían como no había una información diaria de cuantos vacunados había en días en que las dosis escaseaban en todo el mundo y hasta eran pedidas a gritos en capitales europeas. Era una de las tareas pendientes para los próximos tiempos. De las primeras que tendrá Vizzotti como ministra.