El 5 de enero se renovará la composición de la Asamblea Nacional en Venezuela y se elegirá al nuevo presidente del poder legislativo, el segundo cargo más importante del país después del presidente. 

Las elecciones legislativas realizadas el pasado 6 de diciembre no contaron con la participación de la oposición mayoritaria ni fue reconocida por los países que legitiman la "presidencia interina" de Guaidó. Ante este panorama, la todavía conducción de la Asamblea, luego de un referéndum online,  decidió prorrogar el mandato de Guaidó hasta 2022, una decisión que profundizó la grieta en la oposición.

El chavismo ganó las elecciones pero hubo 70 por ciento de abstención 

Esto es un problema para el llamado G4 opositor porque el 5 de enero nada impedirá que asuma un nuevo poder legislativo con presencia de una parte de la oposición  y volverá a depositar a un chavista al mando. En este contexto aparecen dos interrogantes: el dilema sobre la nueva etapa que se abre en el país y el perfil que tendrá la nueva presidencia.

Sobre lo primero hay que decir que tanto desde el entorno del chavismo como de la oposición dialoguista hablan de "reinstiucionalización del país". En el caso del gobierno, el concepto se desprende desde lo que entienden fue un "perfil destituyente" que la entonces Mesa de Unidad Democrática le asignó a su victoria en las legislativas de 2015. "Ganaron democráticamente y cuando asumieron anunciaron un ultimátum de 6 meses para la salida de Maduro del poder", dijo a LPO un importante dirigente de fluido diálogo con Nicolás Maduro. 

AP

Por el lado opositor hay dos enfoques, la de grupo de Guaidó que considera solo la presión internacional podrá forzar la salida de Maduro del Palacio de Miraflores y los que sostienen que esa estrategia fracasó y hay que volver a disputar por la vía electoral. 

La danza de nombres que reemplazarán a Guaidó se centran en dos figuras muy importantes del oficialismo: el número de dos del chavismo, Diosdado Cabello y el ex ministro Jorge Rodríguez. Desde el entorno de Diosdado contaron a LPO que aspira volver a ese cargo que ocupó entre 2010 y 2015 y descartó toda posibilidad de un tapado entre los dos candidatos. "Diosdado y Jorge son los únicos con peso, rango y capacidad de liderazgo para esa tarea". 

Venezuela: Capriles reapareció para disputarle el liderazgo opositor a Guaidó

Cabello y Rodríguez representan dos grupos muy distintos dentro del régimen venezolano que juegan juntos en tiempos de crisis pero tienen diferencias de criterios. El primero es un ex militar que cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas aunque voces cercanas a Miraflores aclararon a LPO que "Maduro se encargó de menguar el poder de Diosdado en el sector militar y no  hay comparación con  la incidencia que tiene en las Fuerzas Armadas el actual ministro de Defensa y militar activo, Vladimir Padrino López". 

Para nosotros sería mucho mejor que el presidente de la Asamblea sea un civil como Jorge Rodríguez, pues estos tipos vienen de derrotar a Trump, Bolsonaro, Duque y el Grupo de Lima juntos y no será fácil negociar con un tipo como Diosdado.

 Rodríguez es del núcleo cerrado de Maduro y hace un año que dialoga con los grupos opositores. "Para nosotros sería mucho mejor que sea un civil como Jorge, pues, estos tipos viene de derrotar a Trump, Bolsonaro, Duque y el Grupo de Lima juntos y no será fácil negociar con alguien como Diosdado", contó un opositor de buen vínculo con el madurismo.

La interna entre Maduro y Cabello viene de larga data cuando ambos se disputaba la sucesión de Hugo Chávez. Finalmente, el expresidente eligió al actual mandatario como heredero antes de morir y resolvió el asunto. 

Jorge Rodríguez.

LPO conversó también con Luis Romero, uno de los ocho diputados opositores que tendrán representación parlamentaria, que manifestó que "el chavismo tiene que ejercer el poder con moderación y generosidad porque puede ser la ultima oportunidad para resolver nuestros problemas civilizadamente". "Mas allá de la conformación (en donde el chavismo tiene mayoría absoluta), esta AN tiene que generar las condiciones para un acuerdo", agregó el diputado de Avanzada Progresista, fuerza política que participa de la llamada Mesa Nacional de Diálogo.

Luis Romero acusó a Guaidó de querer conformar un gobierno en el exilio y planteó que "es una estrategia diseñada en otros centros de poder mundial que le pone la mano a bienes y activos del país como Citgo o el oro de Londres". "Para Guaidó el fin justifica los medios, para nosotros no", añadió.

Otro desafío de la nueva Asamblea Nacional es descomprimir una situación desfavorable en materia internacional. Un gobierno en el exilio no es bien visto por la Unión Europea y Estados Unidos pero para cambiar de postura será clave un gesto del gobierno en un año en el que habrá elecciones regionales y municipales. Otro punto a favor para Jorge Rodríguez.

Existe una tercera opción en medio de la puja entre las dos alas del chavismo y es la diputada electa y esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores. "Es una opción pero sería un giro muy bananero", reconoció un dirigente venezolano que participa de las negociaciones. 

Ante esta situación, el gobierno de Alberto Fernández deberá decidir si reconoce o no a las nuevas autoridades. "Nosotros no saludamos a ningún parlamento del mundo", respondió Cancillería ante la consulta de LPO. "Hablemos el 4", replicó.

Desde el gobierno harán todo lo posible para no expresarse públicamente y avalar sin levantar la perdiz, algo que no suele ocurrir en temas vinculados con Venezuela. 

Con este clima y un horizonte poco en cuanto a la resolución de la crisis, el chavismo debate si refuerza su autoritarismo y capitaliza su poder para construir vías de diálogo que permitan normalizar un país anómalo.