Anthony Blinken y Susan Rice no son los únicos ex funcionarios de Barack Obama que suenan fuerte para el staff de Joe Biden. Otro nombre que circula con fuerza es el de Ben Rhodes, asesor del ex presidente demócrata y a quien se menciona como otra opción para la embajada en Ciudad de México.

En estos momentos, de hecho, está por encima de otros que buscan esa sede diplomática como el ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson (con chances escasas) o el ex alcalde de Los Ángeles, Antonio Villarraigosa.

Rhodes, que es el artífice de la política de deshielo con Cuba en la era Obama, puede ser un elemento de cierto grado de fricción porque en reuniones privadas ha dicho que el canciller Marcelo Ebrard había enviado operadores territoriales a Texas para movilizar el voto latino en favor de Donald Trump.

Es un relato que circula entre algunos demócratas prominentes y que viene a decir que el canciller, apostando por la reelección de Trump, quiso congraciarse en el día electoral. Todo indica que el cálculo fue errado.

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Incluso en el episodio de esta semana de su podcast sobre política internacional, Pod save the world, Rhodes entrevistó al ex embajador mexicano en EU Arturo Sarukhán, quien se despachó con duras críticas a la decisión de López Obrador de no reconocer la victoria de Biden. Rhodes en ningún momento de la entrevista objetó las palabras de su entrevistado, un crítico feroz de la 4T.

Lo cierto es que el voto latino fue benévolo con Trump y este ganó no solo Texas, sino el decisivo estado de La Florida.

Después de la foto de Andrés Manuel López Obrador con Trump en la Casa Blanca en el entorno de Nancy Pelosi, titular de la Cámara de Representantes, arreciaron los dichos negativos contra el canciller. Y es que cuando Ebrard tuvo que escapar del país durante el sexenio anterior, los demócratas de California, de donde es Pelosi, fueron una red de apoyo para el ex jefe de gobierno capitalino. Los más viscerales ven en la foto con Trump cuanto menos una actitud de traición.

La embajadora en Washington Martha Bárcena está muy al tanto de estas apreciaciones y por eso agita cada vez con más fuerza que ella debería reemplazar a Ebrard en la Cancillería por su buen entendimiento con los demócratas.

El canciller por su parte, está desplegando todo su cabildeo en el partido Demócrata para encauzar la relación bilateral.