La consigna en el Gobierno no es pasar el invierno, sino "aguantar hasta marzo" con este ritmo moderado de suba del dólar, pero sin devaluar; que a partir de ahà las expectativas y las variables financieras se van a empezar a acomodar con la llegada de la vacuna y de los dólares de la cosecha.
La apuesta de Guzmán consiste en que ese es el mes en el que coincidirán los mejores ánimos por la distribución de la vacuna contra el coronavirus, el comienzo de la cosecha de soja de primera -que repunte la liquidación de divisas y aumente la oferta de dólares- y también la recuperación de la recaudación por el mayor nivel de actividad. Además, será el mes en el que los argentinos con dólares "amarrocados" durante la pandemia van a volver a tener horizonte para invertir y van a descargar esos ahorros en la economÃa real y van a volver a hacer mover la rueda.
De ser asÃ, el dólar blue a $190 va a ser una anécdota, y el Banco Central va a poder recomponer reservas como sucederÃa en un escenario de superávit comercial y superávit de cuenta corriente como el actual. El mercado se va a dar cuenta de que fue pesimista por demás, que lo más duro de la cuarentena habÃa quedado atrás, que la economÃa venÃa repuntando mes a mes, que los bonos están baratos y que el déficit se reduce sin un ajuste draconiano del gasto.
Actualmente, la meta de llegar a marzo es compartida por el kirchnerismo y el albertismo. Con muchas crÃticas y diferencias internas -por la polÃtica cambiaria durante la negociación de la deuda, la pérdida de reservas, la asistencia con ATP a grandes empresas y otras-, el pragmatismo se impone y el objetivo detrás del que se encolumnan las decisiones es que no se acelere el dólar ni los precios antes de las fiestas y darle espacio a la recuperación económica de la mano de una modesta mejora en los salarios reales.
Sin embargo, cinco meses vista hoy parece muy desgastante y difÃcil de alcanzar para los analistas. Por el lado cambiario hay coincidencia entre los más ortodoxos y los más heterodoxos en que los que se vienen van a ser los meses más duros.
Ya Keynes decÃa que lo importante no era estar en lo cierto cuando el mercado estaba equivocado, sino contar con la liquidez para soportar el perÃodo en el que tarden en revertirse las expectativas y el mercado se alinee con las proyecciones propias. Ahà radica el problema más urgente: las reservas internacionales lÃquidas del Banco Central son pocas, siguen en baja y hacer lÃquido el swap con China tiene un costo del 7% anual en dólares -y puede haber condicionamientos geopolÃticos-. El segundo Ãtem en la lista de escollos es que no hay certezas de que con brecha cambiaria- la liquidación de divisas permita al Banco Central salir a flote.
"No es descabellada la estrategia del Gobierno, pero lo veo muy riesgoso. La urgencia es mucho mayor y dudo seriamente que se pueda llegar a marzo con el tipo de herramientas que está manejando el Gobierno", dijo a LPO el economista Camilo Tiscornia de C&T Asesores económicos.
"Son muchos los componentes: ya hay un exceso monetario muy grande que la gente se quiere sacar de encima y la emisión de bonos dollar-linked no te resuelve nada, lo que se anticipa es que el problema se va a agravar porque el déficit fiscal va a seguir. Es lógico que no quieran reducir el déficit en un contexto de recesión tan grande, es entendible. El tema es que al no haber crédito genuino, van a estar emitiendo -por más que ahora estén viendo la forma de reducir esta parte-, el problema va a seguir presente y va a seguir la presión sobre el tipo de cambio y las reservas. Y en este contexto además, cuanto más se reactive la economÃa -que es una buena noticia-, más riesgo inflacionario va a haber. Y todo esto combinado con la desconfianza sobre el rumbo polÃtico del Gobierno", agregó Tiscoria.
Episodios como las idas y vueltas sobre Vicentin, sobre Venezuela en la ONU y la OEA y otras polÃticas que despiertan recelo en los inversores y asocian a la cercanÃa de la vicepresidenta al chavismo reanimaron esa desconfianza de larga data. Cristina misma señaló esta tarde que los empresarios rechazan al peronismo independientemente de los resultados que obtuvieron del gobiernos de CEOs y remarcó que hace falta un "gran acuerdo" polÃtico, económico y social para salir del cÃrculo vicioso de una economÃa bimonetaria disfuncional.
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El otro escollo en el mapa a marzo que identifican los analistas del mercado es el equipo de Alberto Fernández y más allá de los nombres, el organigrama de EconomÃa que conserva parte de la balcanización que hizo Macri con esa cartera y que muestra polÃticas poco coordinadas e idas y vueltas que demoran la llegada a tiempo del gobierno para con el mercado.
En este sentido, el crecimiento exponencial de la brecha cambiaria entre el oficial y el contado con liquidación ponen de manifiesto que el momento de recomprar bonos en dólares en el mercado paralelo o bien para licitar el bono en dólares prometido para agosto ya pasó. Y ahora los analistas se decantan por dos opciones: devaluación ordenada o desordenada.
"Hoy ya perdiste esa opción: hoy la pregunta no es si devaluás, sino cuándo devaluás y si lo hacés de forma ordenada dentro de un programa de estabilización o lo hacés de forma desordenada. Ya no veo forma de achicar la brecha sin devaluación del tipo de cambio oficial. Mientras no se cierre la brecha, no va a haber liquidación de exportaciones", dijo a LPO el economista Federico Furiase, director de EcoGo.
"Hoy una devaluación arriesga una espiral inflacionaria y comparto que devaluar en el contexto actual serÃa nocivo. Lamentablemente el Gobierno perdió la opción que se le abrió con la reestructuración de la deuda y por lo que ahora solo le resta devaluar y hacerlo dentro de un programa de estabilización que integre más reservas internacionales, consolidación fiscal respaldada por la polÃtica y una tasa de interés más alta en el arranque. De esa forma, el camino serÃa menos costoso que aguantar pateando vencimientos, trabando importaciones y una brecha cambiaria que se sigue escapando y presionando sobre el superávit comercial", agregó el economista.
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Para Furiase, es importante que el Gobierno aproveche el tiempo que pueda conseguir con el puente financiero que le den las próximas dos licitaciones para avanzar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario que dé señales de ordenamiento macroeconómico y que genere dólares frescos con los que descomprimir el exceso de demanda de dólares y que la devaluación se haga de forma tal que se minimice el traslado a precios y el costo social.
El otro escollo tiene que ver con Washington, porque por más que el Gobierno logre un plan económico respaldado por el FMI que ordene expectativas e incluso financie la llegada a marzo. Primero ese plan deberá ser votado por el Directorio del Fondo donde el poder de veto lo tiene Estados Unidos y su agenda, por lo pronto, está en el proceso electoral con comicios el 3 de noviembre. Incluso si se especula que no va a haber cambios en los lineamientos de Trump o Biden para una economÃa periférica como la argentina, hasta que no se ordene la polÃtica exterior de Estados Unidos pasado el primero de enero, no será sencillo conseguir un salvavidas de liquidez para transitar los cinco meses.
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SIEMPRE hay que decir la verdad completa y no parcial. PIDO DISCULPAS SI FUÍ INJUSTO.
En el 2001, cien pesos valían cien dólares. En cambio, hoy 100 pesos equivalen 55 centavos de dólar.
En américa latina, no existe la inflación , salvo en sólo dos países. Adivinen cuáles son. Tarea para el hogar.
Y sí. Creen eso porque son ultra ortodoxos neoliberales que para colmo trabajan para consultoras que le venden servicios a los grandes capitales concentrados que se beneficiarían sobremanera de una devaluación... ¿Qué más iban a creer sino? ¿Acaso se les iba a ocurrir pensar en la caída dramática en los ingresos de toda la población si se devalúa el tipo de cambio oficial (véase diciembre 2015-enero 2016)?
No hay nadie en el mundo que actualmente pueda planificar algo para dentro de 4 meses.
Está todo muy complicado. Muchas incertidumbres aún.
Game Over.