Los acreedores internacionales y dueños de los nuevos bonos emitidos tras el canje emitieron este jueves un duro comunicado en el que remarcaron que ellos ya hicieron su parte al darle alivio financiero a la Argentina y que ahora es momento de que el Gobierno y el FMI "hagan su parte".

En una carta conjunta firmada por el grupo Ad Hoc y el Comité de Acreedores de Argentina (ACC por sus siglas en inglés), los bonistas enfatizaron que el Gobierno empeoró la economía tras el canje y que hoy sus activos en euros valen menos que después de las PASO. En efecto, el riesgo país lleva semanas arriba de los 1400 puntos básicos.

"La Argentina insistió en negociar la reestructuración de su deuda comercial antes de elaborar un plan económico detallado y negociar con el FMI. Los bonistas le pedimos muchas veces a lo largo de las discusiones que especificara un programa económico y expresamos nuestra preocupación sobre lo que pasaría tras el cierre del canje. En respuesta, el ministro Guzmán se opuso a dar parámetros específicos de la agenda económica a los acreedores, insistiendo simplemente que la sostenibilidad fiscal y la reconstrucción de las reservas internacionales eran sus objetivos firmes", recordaron los acreedores.

"Desafortunadamente hasta ahora las preocupaciones de los acreedores demostraron estar en lo cierto. Las autoridades económicas argentinas no solo fallaron en restaurar la confianza, sino que las medidas que tomaron tras el canje empeoraron dramáticamente la crisis económica", se lamentaron.

Los acreedores ya hicieron su parte al proveer de una oportunidad histórica al país para empezar de cero. Es momento de que la Argentina y el FMI hagan su parte

Puntualmente acusan a Pesce y a Guzmán de no ordenar el mercado cambiario, de profundizar el cepo y acrecentar la brecha cambiaria de forma tal que el Banco Central no pueda acumular reservas. Y les endilgan también un silencio respecto a sus planes económicos que hacen los mercados solo esperen más desmanejo fiscal y los bonos caigan. En otras palabras, el crecimiento del riesgo país les genera pérdidas a los acreedores por encima de las que ya reconocieron con la reestructuración de la deuda.

"Las medidas tomadas para forzar a los deudores argentinos solventes a reestructurar sus deudas ha minado la confianza básica de la  santidad de los contratos. Al dar este mensaje de que incluso las deudas sostenibles no van a pagarse, las autoridades argentinas alarmaron a muchos acreedores, que quedan con dudas de respecto de si sus sacrificios para reestructurar Argentina fueron en vano para hacer que Argentina cumpla a la vista de un deudor que quizá simplemente no quiera pagar", agregaron sobre la decisión del Banco Central de mandar al default y reestructuración a las empresas privadas.

Y si bien entienden que fue necesario emitir en 2020 por la pandemia, para ellos, "es claro que la intención de tener 4,5% de déficit primario y 6% de déficit total en 2021 imprimiendo pesos es tan dañina tanto para la confianza interna como externa además de ser autolesiva". Por eso para ellos el silencio del Gobierno respecto de sus planes para 2022 y en adelante, "hace que los mercados asuman lo peor y extrapolen a partir de 2021". 

En el documento afirman que en vez de dar lugar a la reapertura de los mercados para que respalden las necesidades de inversión de la Argentina, lo que siguió al reestructuración es "un virtual páramo del crédito argentino". 

"Ya no es factible que el gobierno culpe de sus dolencias a la herencia económica. Tras casi un año en el gobierno, las autoridades todavía tiene que ofrecer una visión económica coherente y sustentable a la sociedad argentina y a los mercados", reclamaron.

"Los acreedores ya hicieron su parte al proveer de una oportunidad histórica al país para empezar de cero. Es momento de que la Argentina y el FMI hagan su parte", concluyeron.