Con cinco mil casos en dos días y un acumulado de más de 69 mil infectados, Santa Fe quedó en un cómodo segundo lugar en el ranking de provincias con mayor cantidad de pacientes por coronavirus. Mientras, el gobierno provincial hace malabares para sostener la estabilidad del sistema público sanitario, acuerda con los privados la garantía de internaciones en camas intensivas.

Además, la proximidad del Día de la Madre puso en alerta al gobierno provincial. El propio gobernador Omar Perotti hizo declaraciones para desalentar las reuniones familiares: "Es el momento clave para cuidarlas", sostuvo el mandatario mientras que el intendente de Rosario Pablo Javkin no descartó, semanas atrás, la posibilidad de habilitar los encuentros afectivos, algo que al compás del crecimiento de casos ya estaría prácticamente descartado.

"La primera aceleración de la curva se dio en la llamada semana del Amigo en julio; luego, tras los festejos del día del Niño", recordó un especialista. De allí que el Gobernador haya pedido "a cada uno de los santafesinos que más que nunca, cuidemos a nuestros adultos mayores", invitando a saludarlos de manera no presencial durante el fin de semana.

El último reporte epidemiológico indicó también que el epicentro de la pandemia santafesina continúa latiendo fuerte en el sur: Rosario acumuló 1117 hisopados positivos, mientras que la capital registró 259 nuevos pacientes. La cifra de fallecidos por comorbilidades con coronavirus también trepó a lo más alto: 40 santafesinos perecieron en las últimas horas, contabilizando una marca de 714 desde el comienzo de la pandemia.

La comparativa con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no resulta un dato menor. A similar cantidad de habitantes (junto con la Provincia de Córdoba), Santa Fe ostenta 1600 casos más que los 875 reportados en Capital y 800 más que los informados en la provincia de Schiaretti. Con cinco veces más población, la Provincia de Buenos Aires apenas duplica en cantidad de casos diarios a Santa Fe, en un país que se acerca al millón de contagios por COVID-19.

Las urgencias por declinar una curva que lejos está de alcanzar su pico motivaron al Ministerio de Salud a rehabilitar espacios de posibles atenciones intensivas, tal como el caso del viejo Hospital Iturraspe de la ciudad de Santa Fe. El antiguo nosocomio sumaría escasas cuatro plazas de terapia intensiva. Mientras, la ocupación de camas UTI en el área metropolitana supera el 85% y en Rosario, se encuentra prácticamente al límite de su ocupación, con el agravante de ser centro de derivación de pacientes provenientes del sur de la Provincia.

Ante la crudeza de la estadística, durante la última charla entre Omar Perotti y el presidente Alberto Fernández, Nación también se comprometió a revisar los envíos de respiradores e incluso de la habilitación de nuevos hospitales modulares, aunque por el momento no hubo confirmaciones al respecto. Mientras, tanto el intendente de Rosario Pablo Javkin como su par santafesino, Emilio Jatón, activaron rondas de diálogo con expertos para intentar conocer en profundidad los alcances de una ola de contagios que no solamente no ha cedido, sino que amenaza con recrudecerse.

"Nos anticiparon que en esta etapa de apertura podríamos tener hasta casi 300 casos diarios para el mes de noviembre. Nos lo dijeron los científicos y expertos asesores en base a cálculos y proyecciones, pero sin embargo la tensión social resulta incontenible", se sinceró un funcionario de primera línea del alcalde santafesino. Hoy encabezó una reunión junto a especialistas para comprender el impacto y el alcance de la crisis generada por el COVID-19 en la ciudad.

La realidad que sostienen los asesores del Gobernador no dista demasiado de lo previsto por los informes elaborados por universidades y el CONICET: sin un aislamiento efectivo, la contención del virus resulta imposible. Y mientras algunos insisten con la posibilidad de reactivar las actividades deportivas para niños de seis a doce años, Perotti fue tajante: "emprendemos la batalla más dura en octubre y debemos ser responsables para acompañar este proceso".

No son los únicos sectores que solicitan la normalización. El sector hotelero gastronómico y los salones de catering ya ensayan una suerte de readaptación al sistema de "bares y comedores", por lo cual ya han evaluado algunas prácticas de este tipo. "Entendemos que es el peor momento, pero debimos suspender todos los eventos desde marzo hasta la fecha y la realidad de nuestros negocios es insostenible", manifestó un referente de los salones de fiesta de la ciudad de Santa Fe.

Para el gobernador justicialista, la posibilidad de autorizar nuevas prácticas de vínculo social no tiene asidero por estos días y subrayó que "el grueso de lo que puede funcionar ya se habilitó". "Aunque entendemos a todos y nos gustaría volver con todas las actividades a pleno, no es el momento", reafirmó. Mientras, la Provincia asiste al funcionamiento integral de sus laboratorios y elevó al máximo el número de testeos diarios, la estrategia del Ministerio de Salud es detección, aislamiento y freno a la curva de contagios.