Esta tarde, el presidente Alberto Fernández anunció, junto a los gobernadores de Santa Fe, Jujuy y Neuquén, la restricción de la circulación en las provincias que registraron mayor cantidad de contagios de coronavirus en las últimas semanas:

"Les propuse seguir este mecanismo y estuvieron de acuerdo en que trabajemos juntos para encarar la etapa que se viene", sostuvo el presidente aclarando que las medidas regirán en distintos departamentos de las 18 provincias más afectadas y durante los próximos 14 días para amesetar la curva de contagios.

Sin embargo, en Santa Fe que es uno de los distritos más comprometidos, con dos mil casos por día y con el 90 por ciento de las camas críticas ocupadas, el gobernador Omar Perotti decretó extender la apertura dispuesta hace dos semanas con bares, restaurantes, gimnasios y la mayoría de los comercios funcionando.

En la conferencia que encabezó Alberto Fernández junto a los gobernadores, el santafesino evitó hablar de la necesidad de restringir la circulación e hizo énfasis en la recuperación de la economía y del aparato productivo aunque resaltó la importancia de que se cumplan con los protocolos de salud e higiene vigentes.

Si bien, durante este viernes circularon versiones de la apertura de nuevas actividades como las profesionales y guarderías náuticas, el mandatario provincial finalmente desistió de incorporarlas al decreto y mantuvo las habilitadas hasta ahora.

La decisión, tomada por el Ejecutivo Nacional, se basó en el análisis epidemiológico del mapa de contagios vigente en la Argentina, donde Santa Fe ocupa un lugar preponderante. Ha sido la provincia donde se han registrado mayor cantidad de contagios desde el mes de julio y el último parte, con más de 2100 hisopados positivos (1011 de ellos en Rosario), ya elevó a 619 el número de víctimas fatales, 21 de ellos en las últimas 24 horas. 

El total de infectados desde el comienzo de la pandemia ascendió a 60000. Ante este escenario, Fernández fue tajante: más del 60% de los positivos de nuestro país hoy se encuentran en las provincias. De allí que el Presidente anuncie restricciones para departamentos y ciudades de Chaco, Chubut, Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, San Juan y San Luis y a la Ciudad de Buenos Aires. Santa Fe y Rosario, por su parte, proseguirán con las medidas tomadas semanas atrás. 

Tal como viniera ocurriendo durante las últimas reuniones sostenidas entre Perotti y el comité de expertos que lo asesora, la ocupación de camas de terapia intensiva continúa siendo el eje de mayor preocupación. Las estadísticas indican que en Rosario ya se ha colmado el 96% de la capacidad, una cifra solo superada por la localidad de General Roca, en La Pampa.

Por su parte, Santa Fe subió ostensiblemente durante las últimas semanas en este punto: el 83% de las plazas con respiradores trabajan a cama caliente. "El amesetamiento del alto número de casos llegó para quedarse", fue la advertencia del grupo de epidemiólogos cercanos al Gobernador, quien semanas atrás decidió aumentar el número de actividades en curso para evitar mayores perjuicios a la economía. A pesar de la apertura de bares y shoppings desde el pasado lunes, no hubo cambio de posturas acerca de los encuentros sociales o afectivos, que continuarán suspendidos, mientras se intenta desalentar la circulación de personas después de la hora 20.

A su vez, desde el Ministerio de Educación provincial, la ministra Adriana Cantero avanza en el reinicio de clases presenciales en 50 escuelas del centro norte de Santa Fe. En localidades pequeñas y para escuelas rurales y agrotécnicas donde no hay circulación comunitaria de covid-19.

"En los próximos días vamos a empezar en forma gradual y escalonada las primeras experiencias en la ruralidad. Para eso estamos pensando en un grupo de escuelas que reúnen todas las condiciones sanitarias para comenzar las clases", señaló la funcionaria al diario La Capital.

De esta manera, el gobernador de Santa Fe confirma sus reparos para sumarse a una nueva etapa de restricciones duras como propuso el presidente para bajar los contagios mientras intenta mantener un delicado equilibrio con los comerciantes que le reclaman mayores aperturas.