La Cámara de apelaciones porteña en lo contencioso administrativo confirmó el parate de un megaproyecto inmobiliario que IRSA había cedido a una constructora para hacer 1188 viviendas y locales comerciales en Caballito.

El juez Darío Reynoso había otorgado una cautelar a pedido de los vecinos que detenía la construcción del complejo de edificios. Entre las irregularidades que encontró el magistrado está la superficie dedicada a espacios comerciales, que se extendía a 28 mil metros cuadrados, cuando supuestamente no debería superar los 2800 metros. Para ello los desarrolladores hicieron pasar los edificios como obras separadas.

IRSA buscaba hacer un shopping en la zona, pero por la presión de los vecinos el proyecto nunca logró contar con votos suficientes en la Legislatura. Por eso IRSA decidió cederle el terreno a la constructora Portland a cambio de metros cuadrados de las futuras edificaciones y los vecinos sostienen que el proyecto sigue siendo de la empresa presidida por Eduardo Elsztain.

Los jueces Mariana Díaz, Esteban Centanaro y Fernando Juan Lima, rechazaron los recursos de apelación presentados por el GCBA, IRSA Propiedades Comerciales S.A. y Fideicomiso Caballito Chico y confirmaron la resolución de Reynoso, según publicó IJudicial.

Reynoso había determinado la "paralización de los trabajos constructivos que se desarrollan en el predio sito en la Av. Avellaneda 1400 (...), hasta tanto recaiga en autos sentencia definitiva, o bien hasta tanto se modifiquen las cuestiones aquí consideradas".

Los camaristas retomaron los argumentos del juez, en cuánto a si el proyecto se trataba o no de un plan maestro. "Las contradicciones que se advierten a lo largo del trámite de los Expedientes Administrativos en cuestión acerca de si se trata o no de un ‘Master Plan' permite vislumbrar una posible irregularidad, en violación a la normativa que protege el medio ambiente", citaron los jueces en su fallo.

"Según lo normado en el artículo 13 de la ley, se presumen como de Impacto Ambiental Con Relevante Efecto, entre otras  (...)  Las obras proyectadas sobre parcelas de más de 2.500 metros cuadrados que requieran el dictado de normas urbanísticas particulares", explicaron.

Los vecinos habían denunciado irregularidades en los permisos de obra. "Dividieron una fracción en 4 parcelas cuando no se podía. Para hacer eso alteraron sistema informático de la ciudad. Tienen el QR falsificado y de todas formas siguieron la obra", había asegurado a LPO Martin Iommi, coordinador del Consejo Consultivo Comunal de Caballito.

La división del proyecto en cuatro sirvió a la empresa para la aprobación de los planos por separado, aunque para constatar su impacto ambiental deberían haberse tomado todos juntos. "Difícilmente podría denominarse al proyecto como ‘CiudadPalmera' si sólo se tratase de dos edificios. Aun cuando quiera alegarse que es solo una política comercial de venta y publicidad del emprendimiento, la magnitud y envergadura del Master Plan, induce a pensar que por ello se le otorgó la denominación de ‘Ciudad'", escribió el juez en su fallo.