El grupo español Abertis, salpicado por el escándalo de la renegociación de los peajes en Argentina durante el macrismo, ahora está en guerra contra el gobierno de Sebastián Piñera porque le rebajaron las tarifas de la principal autopista de Chile.

Abertis es un gigantesco grupo comandado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. En Argentina están en la mira por ser la empresa que participó de la renegociación de los contratos de las autopistas Norte y Oeste, sospechada de fraudulenta y destinada a beneficiar a los concesionarios, entre los que estaba una firma de la familia Macri. En Chile, es el mayor operador de autopistas de acuerdo al volumen de tráfico.

El testimonio clave de una ex funcionaria de Vialidad complica a Macri y al presidente del Real Madrid

El grupo de Florentino (que controla de manera directa e indirecta 770 kilómetros de autopistas chilenas) decidió llevar a un arbitraje al Ministerio de Obras Públicas de Chile por un conflicto referido a las tarifas de los peajes de la Autopista Central, en Santiago, la más transitada del país. 

El conflicto se da porque el gobierno chileno le ordenó a la filial de Abertis (Vías Chile) bajar las tarifas en las horas pico ante determinados niveles de tránsito, según informó El Economista. 

El grupo español aplicó una rebaja -considerada insuficiente por el Ministerio- pero comenzó un reclamo judicial por considerar que la interpretación del contrato por parte del gobierno es incorrecta. El conflicto podría llegar a la Corte.

El ministro de Obras Públicas de Chile, Alfredo Moreno

AP

La pelea entre Abertis y el gobierno de Chile trae a la memoria la revelación la ex directora de Asuntos Jurídicos de Vialidad Nacional, Julieta Lucila Ripoli, quien ante la justicia argentina reveló los detalles de la renegociación entre el grupo español y los funcionarios macristas.

Ripoli contó ante el ex juez Rodolfo Canicoba Corral que los representantes de las empresas llegaban a las reuniones con los funcionarios con los contratos ya listos en un pen drive y "dictaban" lo que debían agregar los representantes del Estado argentino.

Ripoll contó justamente que uno de los puntos del contrato que los empresarios consiguieron en esa "renegociación" fue el de que no estar obligados a levantar las barreras cuando hubiera grandes congestionamientos. Lo que en Chile es motivo de pelea judicial, aquí lo consiguieron casi al pasar. 

 "Estaba por finalizar una de las reuniones y mientras nos parábamos todos, el abogado de Ausol dice, algo así como ‘...ay lo que me olvidé de poner ahí es lo de las barreras, que lo podemos agregar ahora', haciendo referencia a la garantía prevista en el contrato original de levantamiento de las barreras cuando las demoras del tránsito superaran los cinco minutos. Como son habituales los embotellamientos ello suponía una pérdida económica para la concesionaria. Ese derecho que tenían los usuarios a no pagar el peaje cuando el tránsito de la autopista no era fluido, le fue así revocado", declaró en sede judicial.