Mientras que el movimiento pacÃfico contra la violencia racial pierde popularidad entre la población -aprobación a las protestas cayeron 9% en los últimos meses- a ambos lados del espectro polÃtico emergen grupos armados que ya han dejado por lo menos tres muertos a su paso y concentran la atención de los medios y la clase polÃtica a dos meses de la elección presidencial.
El caso más sonado ocurrió en Kenosha, Wisconsin hace dos semanas. Durante una protesta, un joven de 17 años, simpatizante de Donald Trump y del movimiento pro policÃa, mató a dos manifestantes pro Black Lives Matter (BLM) luego de una confrontación. Trump defendió las acciones del joven y dijo que actuó en legÃtima defensa. El episodio fue capturado en varios videos en los que puede verse al joven, quien porta un rifle semiautomático estilo AR-15, perseguido por tres hombres, uno de ellos armado. En otros videos de la misma noche se le puede ver discutiendo con manifestantes y fraternizando con la policÃa. La fiscalÃa lo detuvo por homicidio.
Grupos de ciudadanos pro-segunda enmienda, fuertemente armados y en muchas ocasiones con el apoyo de la policÃa local, han aparecido en las protestas. Argumentan que están ahà para proteger la propiedad privada de los ataques de los vándalos y la vida de los ciudadanos. Por lo general, son grupos de hombres blancos que simpatizan con Trump. Muchos visten camisas hawaianas -parte de un meme que nació en las redes sociales- con chalecos tácticos y rifles semiautomáticos. A simple vista parecen miembros de alguna milicia lista para tomar las calles. Trump ha aplaudido su presencia en repetidas ocasiones.
La NFAC estuvo presente en mayo pasado en Georgia durante las protestas por el asesinato de Ahmaud Arbery, un hombre negro que estaba trotando en los suburbios y fue atacado por tres blancos que lo acusaron de robo.
En julio, la NFAC apareció por primera vez en Louisville, demandando justicia para Breona Taylor, quien fue asesinada cuando un grupo de policÃas -supuestamente por error- entró a su casa en la madrugada y le disparó. En aquel momento Johnson advirtió que volverÃan pronto a la ciudad y que todavÃa no estaban bajo custodia los policÃas responsables, iban a "incendiar la ciudad".
Recientemente el lÃder matizó sus comentarios y explicó que su grupo no rompÃa las leyes. "Quemar la ciudad significa derribar los sistemas que existen y nos han frenado. En otras palabras, necesitamos esas respuestas y las necesitamos ahora", aclaró.
En otra entrevista, el Angry Viking, cuyo nombre real es Dylan Stevens, acusó a Johnson de ser un terrorista. Dijo que los patriotas estaban del lado correcto de la historia y que no era posible que las autoridades permitieran al Grandmaster Jay y su grupo seguir operando con libertad.
Stevens es un autodeclarado "patriota americano", defensor de la segunda enmienda, Donald Trump, y la policÃa. Su intención, dijo, es mantener el orden y evitar que los grupos extremistas de la izquierda ataquen a los simpatizantes del presidente.
Mientras tanto, Donald Trump sigue usando estos eventos como prueba de que existe caos y peligros en las calles. Al mismo tiempo, en lugar de llamar a sus simpatizantes armados a manifestarse de manera pacÃfica, el presidente aplaude su respuesta ante las movilizaciones anti-violencia racial.
Por su parte, el exvicepresidente Joe Biden, candidato presidencial demócrata, acusó a Trump de ser "débil" y no atreverse a confrontar al ala más radical de su base de votantes.
"Los disturbios no son protestas. Los saqueos no son protestas, es falta de ley", dijo el demócrata. "Asà de simple, la violencia no traerá cambio, sólo destrucción. Este presidente hace mucho abandonó el liderazgo moral. No puede frenar la violencia porque durante años la ha fomentado", sentenció Biden.
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