Las consecuencias económicas por el coronavirus se hacen sentir de manera indiscutible alrededor del mundo, y son señaladas en la editorial de este viernes de The Economist, donde la prestigiosa revista británica se centra en el desafío de los países para cumplir los pagos de sus deudas.

El artículo afirma que la acumulación de deudas soberanas -que es récord en la historia de acuerdo al Instituto Internacional de Finanzas- eventualmente tendrá que ser confrontada y que es una eventualidad que enfrentarán todos los países, sin importar qué tan desarrollado sea, un escenario que impacta de lleno en la negociación argentina, no esta claro si para bien o mal, como anticipó LPO.

El debate de los acreedores entre un castigo ejemplar a la Argentina y el riesgo de matar el negocio de la deuda emergente

The Economist estima que la mayoría de los países desarrollados "no podrán seguir estrategias de austeridad como lo hicieron después de la crisis financiera mundial en el 2008" para generar los ahorros con los que devolverles los compromisos a los acreedores. Y aunque visualizan soluciones alternativas para estos países, el artículo abre la duda respecto de si los gobiernos podrán efectivamente llevarlas a cabo.

"En lugar de reducir drásticamente el gasto, es probable que los gobiernos vean el otro lado de sus balances y consideren aumentar los ingresos fiscales. Sin embargo, no está claro si los gobiernos podrán aumentar los impuestos lo suficientemente rápido como para que tales medidas sean suficientes".

Para los países desarrollados, los analistas prevén a corto plazo una crisis de deuda que podría extenderse rápidamente por todo el mundo. Al fin y al cabo, los países europeos se encuentran entre los más afectados por la pandemia. Lo anterior, según los expertos, provocaría otra crisis económica.

Guzmán y Stiglitz vienen advirtiendo sobre la posibilidad de una sucesión de crisis de deuda soberana.

"Los países en vías de desarrollo, economías de bajos ingresos y mercados emergentes, podrían estar entre los más afectados en este escenario", aseguran.

Precisamente por esto, el Banco Mundial y el FMI organizaron una condonación de deudas bilaterales para los países más pobres del planeta y muchos emergentes que no tenían dificultades financieras, tuvieron que salir a pedir líneas de financiamiento adicionales, como fue el caso de Chile que hoy recibió un préstamo contingente del FMI por casi 24.000 millones de dólares. 

En tanto, aquellos que ya estaban complicados como Argentina o el Líbano terminaron en un default. Zambia y Brasil, por ejemplo, tienen condiciones financieras que hacen difícil que puedan seguir sirviendo sus deudas si la crisis económica se profundiza.

El artículo sale a luz tras diversas proyecciones hechas en todo el mundo. En el caso de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió este jueves los pronósticos optimistas de su gobierno sobre la recuperación de la economía, descartando las duras estimaciones que ha apuntado el Banco de México. Mientras que el ministro de Hacienda mexicano estima que no caerán más de un 3,9% en 2020, los análisis de diversos escenarios de la autoridad monetaria apuntan en el mejor de los casos a una caída del 4,3% y en el peor, de hasta el 8,8%.

"No coincidimos con sus proyecciones, aunque somos respetuosos del Banxico. Nosotros pensamos que nos vamos a recuperar pronto. Traíamos un colchón que nos ayudó a frenar la crisis. Ya se advierte la recuperación", expresó.

En el caso de Argentina, también se observan fuertes diferencias entre las proyecciones del Gobierno, que rondan una caída del 6,5% interanual y las de los privados que promedian el 7,4% del último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central y en algunos casos se extreman hasta alcanzar el 9,9%.