Ante el desplome de los ingresos de la mayoría de las empresas en todo el mundo por la parálisis económica, los despidos se convirtieron rápidamente en la principal variable de ajuste del sector privado.

En las últimas dos semanas, los pedidos de subsidio por desempleo en Estados Unidos superaron los 10 millones y aseguran que continuarán subiendo a gran velocidad. Para tener una idea de lo que significa este número habría que recordar que el récord semanal hasta la fecha era de 695 mil solicitudes en 1982, es decir, apenas el 10% de lo que se vivió en los últimos siete días.

En tanto, en España el gobierno decidió prohibir los despidos cuando la cifra de nuevos "parados" se acercaba al millón y medio, lo que convirtió a marzo en el peor mes de la historia laboral de la península ibérica.

España prohibió los despidos porque se estaba disparando la cifra de desempleo

En el plano local, si bien se espera un fuerte impacto en el ya debilitado mercado laboral argentino, la rigidez del sistema de contrataciones y el alto costo que trae aparejado la reducción de personal tornan menos abruptos estos movimientos.

"Estados Unidos tiene un sistema absolutamente flexible y libre y nosotros uno rígido. Allá se contrata muy fácil y se despide muy fácil. Además, cuentan con un muy eficiente sistema de subsidio al desempleo", explicó a LPO el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo.

El problema es que ante un escenario tan drámatico como el actual, esta característica protección sobre el empleo que ayudó en otras crisis, ahora podría agravar la situación y provocar directamente el cierre de las empresas.

"Eso aplica para las recesiones tradicionales. En este caso, se trata de un shock de oferta de tal magnitud, que no te permite realizar los ajustes vía salarios reales ya que no es una recesión prolongada en el tiempo con una actividad que se disminuye paulativamente. En consecuencia, la imposibilidad de despedir gente (por costoso) termina provocando que ciertas pymes deban quebrar, lo que complicaría la reactivación cuando la cuarentena termine", indicó Juan Pablo Iorio, de la consultora ACM.

En ese sentido, será fundamental el alcance que tengan las medidas del gobierno para acotar la dimensión del fenómeno, que de acuerdo a los especialistas, terminará ocurriendo de todas formas.

"Por más que el gobierno prohíba los despidos, no creo que pueda evitar el aumento del desempleo. En este trimestre va a ser brutal la caída de la actividad", afirmó el economista de C&T, Camilo Tiscornia, quien proyecta una desocupación de hasta el 13% para el segundo trimestre.

Se trataría de un alza mayor a los 4 puntos porcentuales en relación al último dato publicado por el Indec que ya reflejaba un contexto laboral crítico. Por su parte, desde Invenómica prevén una caída del 2% del empleo privado registrado que lo llevaría a un nivel menor al del 2012, con una población que se incrementó en un 7,7%.

El desempleo cayó al 8,9% sobre el final de 2019 y cortó una racha de siete trimestres seguidos al alza

"En los últimos cuatro años no hubo una pérdida sustancial de puestos de trabajo, pero sí hubo un reemplazo de empleos de calidad por empleos más precarizados e informales. También hubo una destrucción del salario real que se redujo un 20%. Ese abaratamiento relativo en el costo de las empresas fue lo que les permitió aguantar sin tantos despidos", subrayó a este medio Martín Kalos, director de Elypsis.

No obstante, el economista prevé un cambio en la dinámica a partir de las dificultades que presenta el panorama actual. "Estamos viendo los primeros coletazos y se va a ver en los próximos meses una suba del desempleo mucho mas sustancial y acelerada que en los años previos. Salvo que el gobierno lo logre frenar con políticas públicas muy activas, pero ahí implicaría discutir la fuente de financiamiento que usará para sostener la actividad privada", agregó.