El abogado Javier Coello, que defiende al ex director general de la petrolera mexicana Pemex, Emilio Lozoya, detenido la semana pasada en Marbella, ha acusado al ex presidente de México, Enrique Peña Nieto, de dar instrucciones a su cliente para llevar a cabo los presuntos casos de corrupción y sobornos por los que se encuentra acusado. Según el letrado, Lozoya fue un "instrumento" que sólo seguía la "orden" del presidente, a quien ahora la Fiscalía mexicana habría abierto una investigación. En el momento en que fue detenido, Lozoya planeaba reunirse con Peña Nieto, que tiene una vivienda en la Costa del Sol y que huyó a Nueva York después de la detención.

Este jueves, a la salida de la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torra, donde se encuentra Lozoya detenido, ha adelantado que defenderán la no extradición del exdirectivo, "la idea de no irse a México"; aunque ha asegurado que es algo sujeto "a revisión totalmente", una vez se analice con los abogados que contraten en España, con quienes diseñará la estrategia "de si se va a México o peleamos aquí la extradición". En este sentido, ha advertido que no tiene aún comunicación de la Fiscalía mexicana ni tampoco de un posible traslado de Lozoya a otra prisión. Además, tampoco ha aclarado la congelación de sus cuentas bancarias: si ha sido así, "todavía no lo han confirmado".

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En declaraciones a los periodistas a su salida de la cárcel malagueña, Coello ha reiterado la inocencia de su cliente. "Fue un instrumento, pero en su momento y ante los jueces lo tendremos que aclarar", ha manifestado, considerando que se trata de un caso "complicado".

"Ningún funcionario en México se manda solo si no es por orden del presidente de la República, hace 50 años y ahora", ha dicho el abogado, quien ha insistido en que: "He servido cuatro presidentes y siempre he sabido que no se hace nada sin la voluntad del presidente, sea quien sea". El letrado iba acompañado por el padre de Lozoya, que también ha defendido la inocencia de su hijo, a quien está previsto que vea este viernes en la cárcel.

Emilio Lozoya Austin estaba en paradero desconocido en México, donde se le acusa de recibir presuntamente diez millones de dólares de forma fraudulenta de la constructora Odebrecth, implicada en múltiples casos de corrupción en el continente americano. Se le imputan delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Por ello, las autoridades mexicanas emitieron una orden de búsqueda y captura a través de Interpol que culminaron con la detención del ex directivo.

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El juez le ingresó en prisión proivsional por peligro de fuga, al contar en ese momento con un documento falsificado y por no tener arraigo laboral ni domiciliario en España, donde planeaba reunirse con Peña Nieto, a quien ahora acusa de darle órdenes.

El auto del juez advirtió de que esta medida de prisión provisional quedará sin efecto en caso de que en el plazo de 45 días no se presente la solicitud de extradición por vía diplomática ante el Ministerio de Asuntos Exteriores o el Ministerio de Justicia. Una vez se reciba esa documentación por parte de las autoridades mexicanas, la Audiencia Nacional convocará una vista de extradición donde decidirá si se le entrega o no.

Durante este periodo, la defensa del exdirectivo de Pemex también puede recurrir ante la Sala de lo Penal la medida de prisión provisional, para que pase en libertad el tiempo hasta que se resuelva la extradición, tal como ocurrió en el caso del también empresario mexicano Alonso Ancira, que también fue detenido en México y que quedó en libertad bajo fianza en verano, sin que se haya resuelto su extradición.