La muerte de un delincuente prófugo de la justicia brasileña sacudió todo el andamiaje del gobierno de Jair Bolsonaro. Adriano da Nóbrega, un ex policÃa militar y lÃder de una gavilla de milicianos cariocas: "El escritorio del crimen", fue aniquilado en el estado de BahÃa en un hecho que, para muchos, fue una "quema de archivo". El individuo tenÃa su historia con la familia Bolsonaro: fue condecorado como "héroe" en dos oportunidades por el ex diputado provincial, y actual senador nacional, Flavio, el hijo mayor del clan presidencial.
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Las sospechas sobre los vÃnculos del parlamentario con estas bandas delictivas, que empezaron a ser investigadas en 2018 luego del asesinato de la concejal carioca de izquierda Marielle Franco, habÃan caÃdo casi en el olvido. Y, a no ser por el trágico fin del "capitán Adriano", el alias del ex policial, habrÃa quedado flotando en el tiempo. Pero la caÃda de ese hombre, en una confusa acción policial, reactualizó el caso.
El episodio tuvo una derivación. El último viernes, una sencilla ceremonia puso al comando de la Casa Civil, el ministerio de mayor importancia, al general Walter Braga Netto. Con este pase, el jefe de Estado completó la militarización de las funciones claves en su gabinete. Braga se sumó, asÃ, al general Augusto Heleno, de Seguridad Institucional; al mayor de la PolicÃa Militar Jorge de Oliveira, de la SecretarÃa General de la Presidencia; y al general Luiz Eduardo Ramos, de la SecretarÃa de Gobierno y que tiene, bajo su esfera, otra secretarÃa clave: la de Comunicación Social (SECOM). Con este cuarteto, todos los funcionarios de primer nivel con oficinas en el Palacio del Planalto pasaron a ser uniformados.
¿Qué indujo al presidente brasileño a rodearse de jefes de las Fuerzas Armadas? Braga Netto, quien hasta hace poco se desempeñaba como jefe del Estado Mayor del Ejército, suele ser definido por su perfil "demasiado reservado" para una función que contempla, entre otras cosas, montar lazos con el Congreso. No es un detalle, tampoco, que el diputado federal Onyx Lorenzoni, fuera urgido a abandonar el relevante puesto, para ser luego premiado con un ministerio de escasa relevancia.
Las razones del enroque recién ahora se empiezan a dilucidar. Es la manera que encontró Jair y su entorno, de protegerse él mismo, y a su prole, de un escándalo que salpica para todos lados. Desde la semana pasada, la muerte del "capitán Adriano", ocurrida después de un año de "fuga", está en las tapas de los diarios y ocupa mucho espacio en los noticieros.
El joven Flavio, quien consiguió asumir su banca en la Cámara Alta en 2019, sufre ahora, las consecuencias de hechos pasados. Son de la épica de su banca de diputado estadual. La justicia fluminense considera que Flavio cometió, en aquel perÃodo, un delito: usó "ñoquis" para quedarse con el grueso de sus salarios. Supone también que el parlamentario lavó ese dinero, acumulado a lo largo de más una década, a través de una tienda de venta de chocolates en la capital carioca.
¿Cómo se vincula a esto la historia del homicidio de Adriano da Nóbrega? Es relativamente simple: su ex mujer y su madre fueron "empleadas" por Flavio en la Asamblea Legislativa fluminense. Ambas debieron dejar su puesto, que no habÃan ejercido jamás, a fines de 2018 cuando se destaparon los presuntos delitos del ahora senador Flavio. Ambas llegaron a transferir dinero a una cuenta vinculada a un amigo Ãntimo del presidente Jair, el policÃa militar retirado Fabricio Queiroz, también fugitivo de la justicia. El tal Queiroz tenÃa, también, una fuerte amistad con el "capitán Adriano", quien hasta su fuga habÃa dirigido la banda de milicianos bautizada: "La oficina del crimen". El propio Bolsonaro llegó a reivindicar en 2005 al miliciano. Por ese entonces, Adriano habÃa caÃdo preso por haber matado a un cuidador de autos en estacionamientos. Jair, que entonces se desempeñaba como diputado federal, llegó a decir en la Cámara Baja en Brasilia que el policÃa militar era "un héroe". (Nóbrega). "Como es habitual, un PM que está en una operación, mata un vagabundo, un traficante", sostuvo.
La semana pasada, después de mantenerse en silencio sobre el asunto, el presidente de Brasil resolvió hablar: recuperó su antiguo discurso, al decir que Adriano habÃa sido "un héroe" en su momento, a pesar de que no podrÃa definir la conducta actual del ex policÃa. Pero el episodio parece ir "in crescendo". Hay fuertes sospechas sobre cómo ocurrió el fallecimiento de Da Nóbrega. Lo encontraron, después de semanas de buscarlo, en el interior del estado de BahÃa. Lo rodeó la policÃa bahiana en una operación conjunta con la de RÃo de Janeiro. Y el hombre murió por efecto de las balas policiales disparadas a corta distancia. Ese dato le permitió a Jair Bolsonaro suponer que la culpa de ese "asesinato" serÃa de la policÃa militar bahiana, en una provincia cuyo gobernador Rui Costa, es del Partido de los Trabajadores. Conclusión: el presidente brasileño insinuó que la culpa es del PT. Aunque también le endilgó parte de la responsabilidad al mandatario fluminense Wilson Witzel, convertido recientemente en un "enemigo mortal" del jefe de Estado.
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