La cola envenenada del escándalo que se destapó tras la detención de Emilio Lozoya, el ex director de la petrolera estatal de México, podrÃa impactar de lleno en el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
la detención del ex presidente de Pemex en Málaga no sólo ha causado un terremoto en la polÃtica mexicana, sino que incluye derivas en Rusia y España.
Lozoya, acusado de blanqueamiento de capitales y corrupción, huyó de su paÃs el pasado mayo y se encontraba en paradero desconocido hasta este miércoles, cuando fue arrestado en Marbella (Málaga). El ex directivo estaba viviendo en San Peterbusgo, Rusia, donde se sospecha que contaba con la protección de oligarcas rusos, como Mikhail Fridman, dueño de la cadena de supermercados Dia.
La caÃda de Mikhail Fridman, el último de oligarcas que aterrizó en España
El tema, según pudo confirmar LPO de fuentes del gobierno mexicano, se trató en la reciente cumbre que sostuvieron en Ciudad de México, los cancilleres de Putin y López Obrador. La adminstración de López Obrador ha hecho de la lucha contra la corrupción una de sus banderas y por eso el canciller Marcelo Ebrard indagó a su par Serguei Lavrov sobre el destino de Lozoya. Recibió evasivas.
Sin embargo, desde la llegada al poder de López Obrador, Rusia se ha convertido en uno de los principales aliados de México a nivel internacional acaso buscando hacer un equilibrio entre los oligarcas de su paÃs y su aliado latinoamericano, serÃa Rusia quien habrÃa alertado a las autoridades españolas de la llegada de Lozoya a Marbella, adonde fue de viaje para reunirse con Peña Nieto, según pudo saber LPO. De esta forma, los rusos evitarÃan un conflicto interno y al mismo tiempo lograrÃan complacer a su socio internacional.
Pero los tentáculos de Pemex también llegan a España. Lozoya, ahora en prisión provisional en la cárcel de Soto del Real, fue interlocutor directo del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, para negociar contratos con la petrolera. En 2012 se reunieron para cerrar un acuerdo y recibir una concesión para los astilleros gallegos.
Y asÃ, en medio de la mayor crisis económica del paÃs y a un mes de las elecciones gallegas, Feijóo sorprendió con un golpe de efecto que le dio un enorme rédito polÃtico: presentó ante las cámaras a bombo y platillo varios acuerdos por el que el grupo mexicano compró las acciones mayoritarias de Hijos de J. Barreras, un astillero al borde de la quiebra, y destinó más de 300 millones de euros para construir una veintena que darÃan empleo a miles de trabajadores y que, según fuentes conocedoras, servirÃan "para fletar barcos a Rusia".
Aquel acuerdo no se cumplió y siete años después de su firma apenas están en proceso tres buques. Además, las investigaciones de la FiscalÃa General Mexicana sobre esta operación pueden sentenciar la prometedora carrera polÃtica de Feijóo, uno de los hombres fuertes del Partido Popular.
Las pesquisas entran ahora en la fase final, según informó LPO México por fuentes conocedoras de la investigación, y están enmarcadas en una investigación más amplia sobre las operaciones de Pemex Internacional (PMI). La sospechas se levantaron cuando Peña Nieto, también acusado de corrupción y huido de México, intentó vender el astillero gallego a precio de saldo al final de su mandato.
El actual director de Pemex, Romero Oropeza, paralizó la operación y encargó una auditorÃa sobre el asunto. Las primeras investigaciones de auditorÃa interna encargadas por Romero Oropeza indicaban que el negocio habÃa sido desastroso para Pemex, de manera que los malos resultados económicos podrÃan apuntar a otro tipo de motivaciones en este acuerdo comercial.
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