López Obrador volvió a mostrar su alineamiento con la dura política migratoria de Donald Trump al ordenar que más efectivos de la Guardia Nacional se trasladen a la frontera con Guatemala, para impedir el acceso a México de una nueva caravana migrante integrada por ciudadanos de Honduras y Guatemala.

El contingente, que había partido el miércoles de la ciudad hondureña de San Pedro Sula, intentó entrar de todas maneras este sábado, cargando contra los integrantes de la fuerzas de seguridad y trabajadores del Instituto Nacional de Migración (INM). La Guardia Nacional decidió cerrar el paso del puente sobre el río Suichate que separa Ciudad Hidalgo, en el estado de Chiapas, con la ciudad guatemalteca de Tecun Uman.

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Las autoridades guatemaltecas informaron que apenas veinte integrantes de la caravana de más de mil migrantes lograron ingresar a territorio mexicano, mientras una nueva oleada de ese país y Honduras continúan llegando a otros puntos fronterizos.

El viernes pasado, a la vez que 500 integrantes de la Guardia Nacional eran despachados a la frontera sur, López Obrador dijo durante su conferencia de prensa mañanera que había cuatro mil puestos de trabajo para los migrantes que llegaran a México (se estima que el número de personas que conforman la caravana son precisamente cuatro mil).

Sin embargo, la administración Trump, que ha hecho del endurecimiento de la inmigración uno de sus temas fuertes y que ha forzado a la 4T a seguir sus dictados en el tema, lanzó una advertencia a los migrantes centroamericanos que buscan llegar a su país.

"Hemos fortalecido nuestra frontera para que migrantes ilegales no la puedan cruzar y aplicaremos estrictamente nuestras leyes migratorias", dice el comunicado de la embajada estadounidense en Honduras.

Y agrega: "La decisión de viajar ilegalmente hacia el norte trae consigo duras consecuencias. No invierta su tiempo y dinero en un riesgoso viaje destinado al fracaso".