El Instituto Internacional de Finanzas (IIF), el centro de investigaciones de los principales bancos del mundo indicó que el nivel de deuda mundial emitida por se acercaba a los 120 billones de dólares en el último trimestre de 2019, cifra récord en la historia de las finanzas.
Esta vez no fueron guerras ni recesiones, sino la prolongación de las bajas tasas de interés tras la crisis financiera de 2008 lo que llevó al mundo a un nuevo récord de deuda, en particular en manos de mercados emergentes y más específicamente de los gobiernos deficitarios.
Mientras que para la Argentina el endeudamiento se volvió imposibile con el riesgo país arriba de los 1800 puntos básicos y los mercados de capitales se cerraron en 2018 (como también le sucedió a Turquía), en el resto de mundo continúa creciendo el endeudamiento: de los 20 billones de dólares en 1995, pasó a los 55 billones en 2005, para amesetarse en el orden de los 100 billones entre 2012 y 2015 y volver a acelerarse en los últimos cuatro años.
"Una de las características más llamativas de las era post-crisis es la creciente dependencia de los mercados de capitales en un entorno de bajas tasas de interés. Igualmente sorprendente ha sido el incremental acceso al mercado de los mercados emergentes: estos dan cuenta actualmente del 25% de toda la deuda global, cuando antes de la crisis era del 10%", destacó el boletín del IIF.
Pero el crecimiento más voluminoso, vino del lado de los déficits presupuestarios de las economías maduras "donde los Estados Unidos y Japón llevaron la delantera", detalló el reporte. Pero también del mayor ahorro global, del envejecimiento de la población mundial y la necesidad de invertir para el futuro, la nueva tecnología y la mejora en el acceso al mercado de renta fija.
"Uno de los resultados es que el volumen de deuda con rendimientos negativos asciende a unos sorprendentes 11,5 billones de dólares hacia el final de 2019, prácticamente el 10% de todos los bonos del mundo, incluso a pesar del crecimiento sostenido de las nuevas emisiones de deuda", agregó el IIF.
Mientras que para algunos como el asesor financiero Miguel Boggiano, estas cifras son razón suficiente para no invertir en bonos del sector público de ningún país ni en bonos de empresas (obligaciones negociables), el grueso de los inversores parece tener un apetito por deuda más resiliente: salvo un movimiento modesto hacia los papeles del Tesoro de los Estados Unidos con la escalada en el conflicto con Irán, la tolerancia al riesgo se mantuvo elevada.
"Esta tendencia refleja la actual desconexión entre el riesgo geopolítico y los mercados de capitales inundados de la liquidez del banco central. Las condiciones financieras siguen brindando soporte: en los Estados Unidos están en su punto más relejado desde Julio y en la Unión Europea no han sido tan acomodaticias desde 2014", agregó el reporte.
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- 112/01/2022:56VAMOS A SALIR