Un sector del michettismo sueña con pelear por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta en 2023, cuando el reelecto jefe de gobierno deba dejar la Ciudad tras cumplir dos mandatos.

Gabriela Michetti perdió la interna con Larreta en 2015 luego de estar en la primera plana de la política porteña durante ocho años. Pocos meses después de esa interna histórica para el PRO, la primera vicejefa de Mauricio Macri fue elegida para ser la candidata a vicepresidenta de la fórmula de Cambiemos.

Luego de aquella interna, Michetti y Larreta limaron asperezas y construyeron una buena relación. A tal punto que Larreta fue uno de los dirigentes de peso del PRO que inclinó la balanza en favor de Michetti cuando disputaba con Marcos Peña por acompañar a Macri en la boleta presidencial. La relación con Peña, por el contrario, nunca se recuperó.

En su rol como vicepresidenta, Michetti y su equipo estuvieron alejados del día a día de la política porteña. Pero como ni Larreta ni su vicejefe, Diego Santilli, tendrán chances de reelección en 2023, en un sector del michettismo quieren convencer a la vicepresidenta saliente que vuelva de lleno a la política porteña.

 Michetti se enteró en Nueva York y la mencionan para una embajada

"Ahora nos toca a nosotros", dijeron algunos de los funcionarios que todavía reportan a la vicepresidenta en la previa de la última reunión de gabinete ampliado que encabezó Mauricio Macri el lunes en el CCK.

Michetti, sin embargo, quiere dedicarse en los próximos meses al cuidado de su salud y a limpiar el nombre de la Fundación Suma, su histórica ONG que durante la presidencia de Macri quedó envuelta en un escándalo por supuestas partidas de dinero sin declarar. 

Una vez fuera de la vicepresidencia, Michetti planea juntar a su tropa en una cena de fin de año en su domicilio particular para dar definiciones sobre su futuro.