Andrés Manuel López Obrador finalmente recibió a Alberto Fernández en el Palacio Nacional de la Ciudad de México. El mexicano es un riguroso seguidor de la Doctrina Estrada, una vieja tradición diplomática de México: por eso decidió no darle carácter de estado a la visita del argentino, el cual salió solo a la conferencia de prensa.
"Pudimos disfrutar en estas horas no sólo de este hermoso Palacio, sino también hablar mucho", fueron las primeras palabras de Fernández, que venÃa con una clara de intención de fortalecer lazos con México, ahora que la histórica sociedad con Brasil está en jaque.
El presidente mexicano recibió a Fernández con una recorrida por la sede del Poder Ejecutivo de México y le mostró -entre otras cosas- los murales de Diego Rivera, el artista que le dedicó 22 años para retratar en los muros del edificio cada uno de los diferentes pasajes de la historia nacional. Durante la caminata, el mexicano le regaló una artesanÃa de Michoacán. Alberto eligió darle un libro sobre Eva Perón.
La reunión tenÃa una duración pactada de 40 minutos, pero se extendió casi una hora y diez minutos. Luego se fueron a comer enchiladas con un huevo fritos, acompañados de café. Una comida tÃpica de México, de la que además es fanático López Obrador.
Pero más allá de los detalles de color de la visita, Fernández llegó a México con dos grandes objetivos. El primero, reabrir las negociaciones comerciales con uno de los mercados más robustos del continente. La idea del futuro gobierno argentino es recuperar exportaciones de carnes y granos, sobre todo del poroto negro, el tradicional frijol mexicano.
LPO adelantó lo previsible: a cambio, México exige la liberación del comercio en el rubro automotriz. Según pudo confirmar este medio, es exactamente la solicitud que hizo Enrique Acevedo, el Subsecretario de Industria y Comercio, en la cita matutina que mantuvo con Felipe Solá, MatÃas Kulfas y Cecilia Todesca.
"Queremos volver a poner en valor esa relación en materia automotriz, de autopartes, pero fundamentalmente de carnes y producciones locales de Argentina, como la producción de porotos negros, que México es un gran demandante", confirmó Fernández.
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El otro objetivo que buscaba Alberto quedó prácticamente enterrado: la idea de empezar a conformar un bloque progresista -que se imaginaba bajo el paraguas del Grupo de Puebla- quedó descartado, después de comprender que López Obrador no es afÃn a esa estrategia en materia diplomática.
AMLO fue claro en su habitual conferencia de prensa de todas las mañanas: México debe cuidar su relación con Latinoamérica, pero también sus enormes vÃnculos polÃticos y comerciales con Estados Unidos. "Cada paÃs debe enfrentar sus coyunturas", dijo el presidente mexicano, cuando le preguntaron por el "frente progresista" que propuso Nicolás Maduro.
En otras palabras, la neutralidad mexicana que lleva el nombre de un célebre secretario de Relaciones Exteriores (Genaro Estrada) es irrenunciable, y responde a la posición geopolÃtica de México como integrante de norteamérica (Estados Unidos y Canadá), pese a su Ãntima relación con Centroamérica y América del Sur.
Aunque nació en la década de los 30, tuvo su esplendor durante la Guerra FrÃa, cuando Estados Unidos impuso un bloqueo económico a Cuba y otros paÃses socialistas exigiendo que sus aliados se manifestaran en los mismos términos. México no lo hizo y en cambio insistió en ofrecer ayuda humanitaria a quienes lo solicitaran. Una postura similar tomó cuando brotaban las dictaduras en Sudamérica.
Posicionarse o liderar un bloque hoy contradecirÃa tal doctrina, una renuncia que el propio AMLO reprochó a su antecesor cuando Enrique Peña Nieto invitó al entonces candidato Donald Trump a Los Pinos y, más tarde, México se unió al Grupo de Lima para firmar una condena internacional contra el régimen chavista de Venezuela.
"El Grupo de Puebla yo mismo lo impulsé mucho antes de mi candidatura presidencial, junto con Ominami desde Chile. Nosotros vemos con mucha atención lo que pasa en el continente, pero los vÃnculos internacionales no pueden estar gobernados por la ideologÃa, porque cada pueblo determina sus gobiernos", señaló Alberto, en una impactante marcha a atrás después de meses de instalar la idea de un incipiente bloque regional.
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Fernández aseguró, en cambio, que AMLO le habÃa ofrecido toda su ayuda para que Argentina supere la crisis económica. Reconoció incluso que el mexicano está "al dÃa" sobre lo que ocurre en las entrañas de su paÃs. Una afirmación interesante, que aún no fue confirmada públicamente por López Obrador. La prensa mexicana consultó entonces cómo podrÃa colaborar con la difÃcil negociación que deberá enfrentar con el FMI.
"México tiene representación en el directorio del Fondo. La opinión de México es muy importante. El apoyo que puedan darnos es mucho", fue la escueta respuesta del argentino, quien más adelante insistió en que los inversionistas mexicanos en Argentina entienden la importancia de tal ofrecimiento de ayuda.
Finalmente, Fernández contó que habÃa preguntado a López Obrador por su programa "Jóvenes Construyendo Futuro", un plan de capacitación para los menores de 30 años, que no estudian ni trabajan. "Queremos estudiar si podemos llevarlo a Argentina", admitió. Una beca que ofrecerÃa al mercado laboral una generación que de otro modo difÃcilmente accederÃa a un trabajo remunerado.
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Tratan de presentar al encuentro como un fracaso, pero resulta que se prolongó más alla de lo pactado.
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