La pelea por la presidencia de la Cámara de Diputados que se definirá en noviembre, cobró particular relevancia política en la provincia de Santa Fe. Desde allí, el actual gobernador Miguel Lifschitz, pretende contener a su tropa para las próximas batallas electorales una vez que deje la Casa Gris.

El socialista fue el más votado como diputado provincial en las elecciones locales y como por Constitución se alza con la mayoría automática de la Cámara (28 diputados de 50), no tendría que tener inconvenientes para ser elegido como la autoridad máxima del cuerpo legislativo.

Pero como en política las matemáticas a veces fallan, en el peronismo no descartan sorpresas y seducen al radicalismo para que presenten una propuesta. Sin embargo, para ello el bloque del Frente Progresista tendría que fracturarse y algunos de los diputados electos en la lista de Lifschitz darle la espalda.

En las PASO provinciales, la ventaja que obtuvo el peronismo sumando los votos de Omar Perotti y de María Eugenia Bielsa les permitía soñar con volver a la gobernación después de haber estado alejados del poder durante 12 años.

Pero para ello, necesitaban que el candidato de Cambiemos, el radical José Corral, se mantuviese en carrera para evitar que las generales se polaricen con el socialista Antonio Bonfatti.

Según pudo saber LPO, para garantizar la permanencia de Corral, el peronismo le ofreció a la UCR apoyar al candidato que elijan para la presidencia de Diputados.

Atento a esta posibilidad y sabiendo que la presidencia de la Cámara es un lugar estratégico para mantener una cuota de poder que le permita vitalidad al Frente Progresista, el gobernador Miguel Lifschitz empezó a mover las fichas.

Hace una semana, el gobernador reunió a los diputados electos de su lista para fidelizar el apoyo. Con amplio consenso, el único que alzó la voz fue Ariel Bermúdez del partido Creo que lidera el intendente electo Pablo Javkin y quien reclamó mayor apertura y participación en el espacio.

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Además, para terminar de reforzar sus chances por si hay rebeldes, días atrás Lifschitz se reunió con Amalia Granata. La panelista y diputada electa cosechó más de 200 mil votos y se alzó con un bloque de seis legisladores, uno menos que el peronismo.

En el encuentro, que fue privado en estricta privacidad pero confirmado a La Política Online por una fuente calificada, Granata le aseguró a Lifschitz que cuenta con los seis votos de su bloque lo cual lo deja al socialista en las puertas de la presidencia de la Cámara.

Por otro lado, la mediática viene desarrollando una intensa tarea política visitando barrios humildes, iglesias católicas y templos evangélicos que difunde por su cuenta de Instagram con más de 800 mil seguidores.

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Sin embargo, hacia adentro del bloque ya hubo algunos cortocircuitos, sobre todo con el pastor Walter Ghione y el católico Nicolás Mayoras quienes en un primer momento eran sus principales consejeros políticos y aislaron a Granata de los otros tres legisladores que integrarán el bloque.

Ahora, Granata que ha demostrado ductilidad para moverse en la política, le abrió el juego a las diputadas electas Betina Florito y Natalia Armas del espacio Somos Vida que cuentan con armado territorial en la ciudad de Santa Fe.

Además, se mostró con pastores que dentro del movimiento evangélico no responden a la línea de Ghione como Rubén Proietti, el presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).