El objetivo de Pedro Sánchez se centra en ganar las elecciones con una mayoría amplia que le permita gobernar en solitario con el apoyo puntual de las fuerzas de izquierda. Los cálculos de Moncloa dan al PSOE entre 130 y 142 escaños el 10N. Un resultado generoso pero insuficiente que obligará a Sánchez a pactar con el resto de fuerzas que componen el Hemiciclo. La entrada del partido de Iñigo Errejón podría desatascar la situación de bloqueo para investir a Sánchez. El plan de los socialistas se centra en superar el umbral de los 123 diputados, conseguidos el 28A, para apoyarse en la izquierda y en los regionalistas.

Si bien es sabido que en política nada queda al albur, los socialistas ya tendrían estudiados varios planes a la espera de echar cuentas el 'Día D', el 10N. La situación idílica de Sánchez sería no tener que depender de los independentistas para formar gobierno.

El PSOE asume que la sentencia del procés agitará el nacionalismo y sus propios líderes ya avisaron al presidente que tras el anuncio del Supremo no podrán abstenerse. La aparición de Errejón en el tablero nacional podría arrancar votos entre la izquierda y los socialistas esperan expectantes a este domingo, cuando finaliza el plazo de inscripción, para conocer la configuración de las confluencias en los distintos territorios.

Errejón se lanza en una jugada muy funcional al PSOE 

Las fuentes consultadas explican que dependiendo de las alianzas y los territorios donde decida presentarse Errejón, podrán estimar si su peso será decisivo a la hora de formar gobierno. El líder de Más Madrid necesita lograr al menos cinco diputados y el 15% del voto en las provincias donde se presente o el 5% a nivel nacional para tener voz propia en el Congreso.

Sánchez no quiere volver a los 'cara a cara' con Pablo Iglesias. Busca un nuevo líder más allá del PSOE que aglutine la voluntad de las confluencias y sea más flexible a la hora de negociar. La entrada de Errejón en el Hemiciclo podría arrastrar la voluntad de muchos dirigentes, también de Unidas Podemos, que fueron favorables a pactar con el jefe del Ejecutivo en septiembre para evitar la vuelta a las urnas. Iglesias ya no sería la voz cantante; con Compromís bajo el influjo de Errejón, el voto de Podemos estaría condicionado para no verse solo y votando junto a la derecha. 

La suma de PSOE (123) con Unidas Podemos (42), PNV (6), Compromís (1) y PRC (1) se queda a tres diputados de la mayoría absoluta, según los resultados obtenidos el 28A y el voto afirmativo de estas formaciones. Este resultado no es extrapolable al nuevo tablero político que se conforme el 10N, pero sí ayuda a entender por qué los socialistas buscan cuidar a sus antiguos socios (PNV, PRC y Compromís) para ver si vienen mejores tiempos (resultados) y consiguen una suma más holgada que no les haga depender únicamente del partido de Iglesias.

Cuidar a sus socios

El Gobierno es consciente de los compromisos a los que llegó con el resto de formaciones a cambio de investir a Sánchez y la prioridad en Moncloa sigue siendo cuidar, discretamente, a los potenciales socios. Algunos territorios han visto esta semana ese cuidado en el anuncio del desbloqueo por parte de Hacienda de 4.500 millones para las autonomías.

Una de las muchas prerrogativas que pusieron a Sánchez las formaciones de izquierda para dar el voto favorable a su investidura. Fue el caso del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). El diputado del PRC José María Mazón fue el único voto que tuvo Sánchez a favor de su investidura el pasado julio. La formación cántabra reclama 135 millones que se deberían de haber transferido a la comunidad. 

Sus exigencias a día de hoy no se han visto modificadas y el PSOE ya cuenta con su voto, en caso de salir el 10N y poder sumar. El fundador del PRC, Miguel Ángel Revilla, es partidario de volver a apoyar a Sánchez si el presidente se sigue comprometiendo con el documento que ambos mandatarios suscribieron para Cantabria. Entre las medidas figuran destinar más presupuesto para infraestructuras. En concreto, el tren Santander-Bilbao.

El dirigente cántabro espera salvar la licitación del tramo Palencia-Alar, pese a que el Gobierno está en funciones, y ver la medida publicada en el BOE de diciembre. También considera importante cambiar el modelo de financiación autonómica. Revilla señala que Sánchez está de acuerdo con su petición de una financiación en función del coste del servicio y no por población.

En el PNV no disimulan su considerable enfado por el "ninguneo" al que le han sometido los socialistas en las últimas negociaciones

Los socialistas son conscientes de que el hueso duro de roer en las negociaciones es el PNV. Las fuentes consultadas advierten de que los vascos cambian sus exigencias en función de los tiempos. Y en la formación vasca empiezan fuerte señalando a LPO que lo primero que los socialistas tendrían que cambiar es "su programa".

Al Partido Nacionalista Vasco no le hacen gracia las 350 medidas que los socialistas expusieron a sus principales socios para buscar la investidura de Sánchez. "Un programa a la medida de Podemos", señalan desde el partido. En la formación de Ortuzar muestran un enfado considerable destacando el "ninguneo" al que los socialistas les sometieron mientras buscaban los votos para investir a Sánchez. La mayoría de las noticias se enteraban por la prensa y, como mínimo, buscan el trato de un socio preferente. 

El PNV no quiere volver a hacer de niñera de Sánchez e Iglesias, en caso de repetirse los mismos resultados. Ortuzar hizo de mediador entre ambas formaciones para evitar otras elecciones. El líder del PNV acompañado de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, cenó en secreto con Iglesias y Mayoral para intentar desbloquear la investidura. 

El encuentro se celebró en el restaurante Mr. Frank en las inmediaciones del Congreso y las conversaciones se prolongaron durante más de dos horas sin ningún éxito a tenor de volver a las urnas. A pesar de todo, los vascos estaban dispuestos a apoyar a Sánchez sin tener trato con Podemos. "El PNV no será un obstáculo", dijo Ortuzar.

Los vascos serán claros con Sánchez y reclamarán lo que llevan meses pidiendo: reactivar más de 30 competencias que siguen bloqueadas al estar en funciones el Gobierno y un mayor presupuesto para seguir impulsando importantes infraestructuras como el Tren de Alta Velocidad (TAV) con la Y griega como eje. "La agenda vasca está totalmente parada", critican desde la formación.

El lehendakari buscará revalidar su cargo en las próximas elecciones vascas en septiembre de 2020 exhibiendo músculo ante estas medidas cumplidas en buena medida. El partido nacionalista vigilará que Sánchez no ceda ante chantajes de otras fuerzas que piden vaciar de contenido el Estatuto de Gernika y también estarán atentos a los favoritismos hacia el PSE de cara a la carrera electoral.