Aunque la elección de María Eugenia Vidal le permitirá sumar una buena porción de senadores y diputados en la Legislatura bonaerense, el desafío más grande para la Gobernadora es evitar la atomización de su bloque.

Los bloques Cambiemos en la provincia están conformados por sectores por demás heterogéneos. Allí confluyen vidalistas puros, radicales de cuatro sectores distintos, aliados del peronismo, sectores del sindicalismo y legisladores que responden a los intendentes.

Lo que mantenía la unidad de esos sectores dentro de un mismo bloque era el poder electoral de Vidal, algo que se desvaneció en la elección del domingo. Ahora, tras quedar 19 puntos por debajo de Axel Kicillof, el destino de todos esos sectores es incierto.

Alex Campbell es el candidato de Vidal para presidir la Cámara de Diputados bonaerense

Por lo pronto se sabe de cuatros legisladores -con continuidad después de diciembre- que estarían decididos abandonar el bloque. Se trata de Fernando Pérez y Walter Carusso, dos diputados que responden a Gustavo Posse; el monzonista Guillermo Bardón; Mario Giacobbe y María Elena Torresi, esposa de Osvaldo Mércuri. Fuentes del bloque consideran que los primeros cuatro están afuera y que trabajarán para retener a Torresi. 

Carusso, aseguró a LPO que se quedará dentro de la bancada de Cambiemos hasta diciembre y que después hará lo que defina el radicalismo. En tanto, también sonaba el nombre de Santiago Passaglia (con territorio en San Nicolás), sin embargo el legislador afirmó a LPO que será parte del bloque incluso después de diciembre.

Eso es apenas el principio de la sangría que podría sufrir el bloque de la Gobernadora. Pero el escenario se agrava aún más con el perfil de dirigentes que Vidal eligió en el cierre de listas de junio.

Es que lejos de demostrar apertura y apostar a sumar aliados, la Gobernadora se cerró en los más leales. Así, en el frenético cierre el jefe de Gabinete, Federico Salvai; el ministro de Asuntos Públicos, Federico Suárez; y el vice ministro de Gobierno, Alex Campbell, se quedaron con la mayoría de los lugares desplazando incluso a los intendentes de Cambiemos.

Campbell fue el más favorecido en el reparto. Incluso fue el elegido para ser el presidente de la poderosa Cámara de Diputados en caso de que Juntos por el Cambio ganara las elecciones. Pero la política tiene su cara injusta. Ahora, él es el blanco de las críticas más duras dentro del bloque oficialista.

Walter Carusso, Fernando Pérez, Mario Giacobbe y Rocío Giacobbe.

En Diputados aseguran que nunca lograron mantener puentes sólidos con Campbell y no entienden cómo podrá constituirse en un líder que pueda mantener unido al bloque. En particular cuando muchos líderes de Cambiemos debieron sacrificar nombres para que Campbell ubicara a los suyos.

Campbell encabezó la lista por la Primera Sección. Pero además logró sumar gente de extrema confianza, dejando en el camino a muchos que no pudieron reelegir. Allí estuvieron Owen Fernández, Juan Carrara y Anastassia Peralta Ramos. Curioso, ninguno de los tres se pudo votar a sí mismo porque no tienen domicilio en las secciones electorales por la que fueron elegidos.

Pero Campbell no es el único blanco de los cuestionamientos. Federico Suárez (un ministro que responde a Marcos Peña) sorprendió a todos los referentes de la Quinta Sección cuando ubicó a su ex novia Johanna Panebianco, funcionaria de la ANSeS.

Las fisuras podrían verse este mismo año con legisladores que terminan su mandato en diciembre. El desafío es lograr -en la adversidad- consolidar una bancada numerosa del cara al próximo año.

Vanesa Zuccari y María Elena Torresi.

Aglaplata

En el bloque repasan nombres y no encuentran -entre los que siguen y los que llegan- una figura que pueda quedar al frente de la bancada. "No se eligieron referentes políticos y ahora pagamos el costo", asegura un diputado.

También dejan en claro que Campbell no es el motivo por el que algunos dejen el bloque. "Acá lo que ponemos en discusión es que Alex no es el perfil para contener", agregan.

La posibilidad de contar con un bloque sólido le puede permitir a Vidal ser un contrapoder en la Legislatura. Contar con volumen político para defender su gestión en el recinto y seguir de cerca el gobierno de Kicillof.

El problema es que la Gobernadora nunca mantuvo cercanía con sus legisladores. Más allá de que un puñado que mantenía contactos propios, el bloque veía a Vidal una vez al año. Este año, el encuentro ocurrió en febrero, Vidal evitó saludarlos de manera individual y les adelantó que para muchos no habría lugares en las listas.