Alicia Kirchner retuvo la gobernación de Santa Cruz tras un escrutinio extremadamente lento, que a las 2 de la madrugada del lunes apenas superaba el 15 por ciento de las mesas contabilizadas y que el lunes cerca del mediodía no llegaba al 70 por ciento.

El lema del Frente de Todos se impuso con absoluta claridad con el 57,48 por ciento de los votos contra el 32,34 por ciento del frente opositor Nueva Santa Cruz, la expresión local de Juntos por el Cambio, liderada por el senador radical Eduardo Costa.

A diferencia de la elección de 2015, cuando Costa fue el más votado pero Alicia se quedó con la gobernación por la sumatoria de su lema, esta vez la gobernadora fue la candidata más elegida. Pero además tuvo un fuerte empuje de los otros sublemas del Frente de Todos.

 Dentro del lema kichnerista, Alicia lograba el triunfo con el 40,7 por ciento contra el 34,67 por ciento del intendente de El Calafate, Javier Belloni, que como mostraban las encuestas era la principal amenaza para Alicia, incluso por encima de Costa. 

El senador radical había apostado a la sumatoria de sublemas para tratar de fortalecerse, pero igual quedó lejos de la gobernadora e incluso tuvo menos votos que Belloni.

Costa, que por cuarta vez aspiraba a la Gobernación, reconoció la derrota a través de voceros en el centro de cómputos que montó al UCR, por "una tendencia irreversible", cuando cerca de la medianoche estaban computados oficialmente poco más del 3 % de los votos de más de 253.000 electores habilitados.

El lema del Frente de Todos también consiguió un aporte importante del sublema encabezado por el sindicalista petrolero Claudio Vidal, que incluso se acercaba en cantidad de votos a Costa.