Pedro Sánchez cierra la puerta a una nueva oferta de coalición con Podemos y aboca a Pablo Iglesias a una nueva crisis interna. La apuesta del presidente en funciones, que pasa por un 'ejecutivo a la portuguesa' donde el PSOE gobierne en solitario con el apoyo externo de Unidas Podemos, deja a Iglesias en una situación gravemente comprometida, ante las crecientes presiones que llegan desde su propio grupo parlamentario, donde aumentan los partidarios de permitir un ejecutivo socialista y evitar asà una repetición electoral letal para Podemos.
En esta dirección se mueve CompromÃs, antiguo aliado de Podemos, que tras su reunión de este lunes con el presidente de Gobierno en funciones se ha abierto a facilitar su investidura.
La relación entre socialistas y morados pasa por momentos bajos. La negativa de Podemos a apoyar a Sánchez llevó a una investidura fallida que tiene ahora consecuencias imprevisibles. El Rey Felipe VI, el encargado de convocar una nueva sesión de investidura, podrÃa acceder a un nuevo intento de hacer presidente a Pedro Sáchez en el caso de que cuente con los apoyos necesarios para salir adelante. Tal vez hablen de esto cuando se reúnan este miércoles en Mallorca, en medio del descanso de verano del monarca con su familia en la residencia real de Marivent. Felipe viene de afirmar públicamente que serÃa conveniente que España forme gobierno y se ahorre nuevas elecciones.
La fecha lÃmite es el 23 de septiembre. Ese dÃa, de no haberse constituido un Gobierno, se convocarán unas nuevas elecciones para el 10 de noviembre.
La estrategia de Sánchez tras su primer fracaso en la investidura pasa por rebajar la oferta a Podemos y ofrecerle únicamente un paquete de propuestas que obligarán a Podemos a posicionarse. Con este objetivo se reúne estos dÃas con organizaciones feministas y ecologistas, tradicionalmente alineadas con el partido de Iglesias. Pero un acuerdo programático es a dÃa de hoy inaceptable para Podemos. En el primer intento para investir a Sánchez, Iglesias puso como condición para negociar la cesión de una vicepresidencia a su pareja, Irene Montero. Si no habÃa vicepresidencia, no habÃa negociación. Y ahora el dirigente no está dispuesto a renunciar a este requisito.
El lÃder socialista ofreció a Podemos esa vicepresidencia además de tres ministerios -Igualdad, Educación y Sanidad- pero Iglesias rechazó la propuesta. Estos cargos, a los que criticó por estar 'vacÃos' de competencias, eran insuficientes para el lÃder de Podemos, que habÃa dado un paso atrás y aceptó no entrar en el ejecutivo para facilitar el acuerdo. Tras su 'sacrificio', Iglesias aumentó el precio de la coalición.
El escenario es ahora muy distinto. Tras la primera investidura fallida, Iglesias está en una encrucijada: no está dispuesto a rebajar sus exigencias pero le resultará muy difÃcil volver a rechazar un Gobierno de Sánchez y llevar al paÃs a elecciones. Una nueva investidura amenaza al dirigente con una crisis interna de inesperadas consecuencias: en su grupo parlamentario en el Congreso, Unidas Podemos, Izquierda Unida ya se ha mostrado a favor de un acuerdo de programa, al igual que CompromÃs.
No son los únicos que cuestionan la estrategia emprendida por Iglesias. La corriente Anticapitalista de Podemos, capitaneada por la andaluza Teresa RodrÃguez, piden no entrar al Gobierno socialista, y la presión aumenta en las filas del partido morado, conscientes de que una repetición electoral podrÃa herirles de muerte. También sus diputados catalanes de Catalunya en Comú destacan que tienen autonomÃa de voto, en una clara advertencia al lÃder de Podemos.
La situación se asemeja a 2016, cuando la negativa de Iglesias de investir a Sánchez provocó unas nuevas elecciones que dieron el Gobierno al PP y abrieron una brecha insalvable en la formación. Aquel episodio desembocó en una guerra descarnada entre Iglesias y su entonces número dos, Iñigo Errejón, partidario del acuerdo con el PSOE y que terminó por salir del partido. Desde entonces, el lÃder de Podemos ha expulsado de la organización a las voces crÃticas y ha blindado su liderazgo y el de su sucesora natural, Irene Montero.
Pero el batacazo de las últimas elecciones, donde pasaron de 71 diputados a 42, alienta el nerviosismo en las filas moradas, conscientes de que un nuevo 'no' a Sánchez podrÃa llevarles a una derrota aún mayor en las urnas. El barómetro de julio publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pronosticaba que, de repetirse los comicios, el PSOE rozarÃa la mayorÃa absoluta en escaños y lograrÃa un 41,3% de los votos. Este organismo, dirigido por el socialista José Félix Tezanos, advertÃa también un retroceso del resto de partidos, donde Podemos pasarÃa del 14,4% del voto al 13,1%.
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- 106/08/1911:01sanchez jamas sera presidente, es un sucialista asco que no lo quiere nadie y ya mostro la hilacha con su discurso comunista al intentar accedera a la presidencia con el aval comunista de podemos