En 2015 Julián Castro era el secretario más joven en el gabinete de Barack Obama. Con 41 años, el texano con raÃces mexicana habÃa ascendido a la posición de Secretario de Vivienda un año atrás, después de dejar la alcaldÃa de San Antonio, cargo que ocupó durante cinco años. En 2016 Castro sonaba fuerte como potencial candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Hillary Clinton, quien para entonces parecÃa la ganadora segura de la elección presidencial.
Su nombre sonó fuerte hasta que en julio de ese año Castro fue acusado de haber violado la ley Hatch, que prohÃbe a funcionarios del Gobierno Federal involucrarse en actividades polÃticas. En abril Castro habÃa alabado a Clinton durante una entrevista que fue coordinada por su gente en la SecretarÃa de Vivienda, y en la que aparecÃa el escudo de la dependencia como fondo. Este pequeño pecado, que en la era Trump parece risible, pudo costarle al texano la candidatura por la vicepresidencia. Quién sabe si tener a Castro en el ticket habrÃa cambiado el resultado de la elección, lo que sà es evidente es que Tim Caine, quien se llevó el honor de perder junto con Clinton, no está buscando la presidencia en 2020.
Los candidatos demócratas prometieron anular la polÃtica migratoria de Trump
Castro lanzó su candidatura a la presidencia en enero de 2019. La noticia en aquel momento no enloqueció a nadie. De hecho, sus Ãndices en las encuestas lo colocaban siempre por debajo del top 5 de candidatos, rondando el territorio de la senadora Kirsten Gillibrand y el alcalde de Nueva York Bill de Blasio.
Y entonces llegó el primer debate presidencial demócrata. Castro aprovechó los reflectores para colocar en la agenda la descriminalización de la frontera con México. El candidato exigió a sus compañeros de debate que tomarán un posicionamiento claro en contra de la ley que permite a la administración Trump procesar a los migrantes indocumentados como criminales. Pero sus baterÃas se enfocaron principalmente en un objetivo: su paisano Beto O'Rourke, un polÃtico de Texas que hablan un respetable español, pese a no descender de hispanos como Castro, que recién ahora está aprendiendo el idioma.
"Algunos de nosotros en este escenario hemos hecho un llamado para acabar con esa sección [de la ley], para eliminarla. Algunos, como el congresista O'Rourke, no lo han hecho", disparó Castro. "Creo que es un error, Beto. Creo que es un error", insistió ente los titubeos del supuesto "Kennedy texano" que se negaba a confirmar que anunciarÃa la ley que habilita criminalizar a los inmigrantes.
Desde que O'Rourke se lanzó el año pasado por la banca del senador republicano Ted Cruz, Julián Castro vivió bajo la sombra del irlandés. Pero los roles cambiaron desde el primer debate.
De acuerdo con una encuesta elaborada por la consultorÃa Latino Decisions y Univision, Castro tuvo el mayor crecimiento en las preferencias de los latinos después de los dos debates demócratas. Antes del debate, Castro aparecÃa en la segunda posición, Biden en la primera y Sanders en la segunda. O'Rourke aparecÃa en cuarto lugar, mientras que Warren ocupaba el quinto y Kamala Harris el sexto. Ahora Kamala escaló hasta la primera posición y Castro a la segunda, seguidos de Biden, Sanders, Warren y O'Rourke.
"Meses atrás me descartaban como "el otro texano", dijo Castro en un evento en Austin esta semana. "Pero ya no más. Yo soy EL tejano", remató.
El salto para Castro fue notable. El ex secretario pasó de tener un 9% de las preferencias a un 18%, apenas cuatro puntos detrás de Harris, puntera entre lo latinos.
En el Ãndice de favorabilidad, Castro brincó 35 puntos de antes a después del debate. Aparece con 52% de opinión positiva entre los encuestados contra 17% de opinión negativa. Harris apareció un punto arriba, pero subió un punto menos que Castro. Sanders registró 55% de favorabilidad, 33 puntos de su posición anterior; mientras que Warren escaló al 50%, 31 puntos. Biden subió 23 puntos en este Ãndice, quedando en 49%; y por último O'Rourke quedó con 37% de favorabilidad.
El 32% de los encuestados dijo que Harris habÃa sido el triunfador de los debates, mientras que el 28% señaló a Castro como el ganador de ambas jornadas. Sobre todo, en el tema migratorio Castro se llevó las mejores calificaciones. 31% dijo que su plan para atender la crisis con los migrantes y refugiados era el mejor. El texano fue el primer candidato demócrata en presentar un plan migratorio integral. Hasta ahora es el único.
Para el doctor Eduardo Gamarra, especialista en electorado latino y profesor en ciencias polÃticas y relaciones internacionales de la Florida International University, los candidatos demócratas cometieron un grave error durante los debates y en su paso por la Florida: "Están pensando que a todos lo que nos mueve es el tema migratorio; y es mucho más que eso", afirmó a LPO.
Para Gamarra, concentrar los temas del electorado latino es ignorar a los votantes venezolanos, cubanos, puertorriqueños, y otros que habitan el estado. No es casual que el Partido Demócrata escogiera Florida para sus dos primeros encuentros entre candidatos. Es claro que quieren ganar el estado y conquistar al electorado hispano, pero no le hablaron a millones de votantes que vieron los debates en Florida.
"Estábamos pensando que ellos se iban a movilizar respecto al voto latino en términos de lo que nos mueve en la Florida, pero ellos estaban pensando en términos de las primarias demócratas a nivel nacional, no en lo que piensan los venezolanos y cubanos, nada de eso", dijo Gamarra. "Vinieron a Miami y no se habló de América Latina. Vieron acá con la idea de que todos los latinos pensamos igual y que somos una cosa genérica".
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