Los anuncios de Guido Sandleris para detener la suba de la inflación esperada no parecen haber surtido efecto. Ni el endurecimiento de la política monetaria con un tipo de tasa de Leliq del 62,5% ni la quita de límites al posicionamiento en Leliq bastaron para torcer la tendencia del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que mostró un alza de 4,1 puntos porcentuales (p.p.) en la proyección de la inflación para este año, que se ubicó en el 36%.

Las expectativas de inflación núcleo, que dejan ver el comportamiento subyacente delos precios, se ubicaron para marzo, abril y mayo se elevaron en 3,6%, 3,3% y 2,7%, respectivamente (+0,9 p.p., +0,8 p.p. y +0,4p.p. con respecto al relevamiento previo) pero se mantienen cerca de 2% a partir de julio. Por consiguiente, se observa un salto de 5 puntos porcentuales en esta variable que trepó al 35,1% interanual para 2019.

Se trata de una fuerte suba que no se registraba desde la última corrida cambiaria y que pone de manifiesto las dificultades que está teniendo el Banco Central para frenar el alza de precios mediante la tasa de interés. De hecho, las expectativas de más corto plazo para marzo, abril y mayo subieron a 3,8%, 3,5% y 2,8%, respectivamente (+0,8p.p., +0,8p.p. y +0,5p.p. respecto al relevamiento previo).

Lo que se sostiene es que recién a partir del mes de junio (2,4%) la inflación comenzará a ceder. Para julio se espera 2,1% y 2% en agosto y septiembre. En términos interanuales esto implicaría que el primer semestre terminaría con una inflación interanual del 53,8% y llegar a las PASO con la inflación ligeramente por encima del 49,5%.

La fuerte suba del dólar de marzo también se tradujo en una mayor cotización esperada. Para diciembre, el REM estimó que la divisa mayorista promediará los $50 (un mes atrás el Relevamiento estimaba que el dólar cerraría el año en $48).

Como consecuencia de la fuerte suba de tasas de Leliq de marzo, este REM elevó sus expectativas sobre la tasa de referencia 17,9 puntos porcentuales para la tasa de abril, que promediaría el 65% nominal anual. Y la baja esperada para la segunda mitas del año será más lenta: para diciembre se espera que la tasa se ubique en 45% nominal anual, 8 puntos porcentuales más que el mes pasado.

Pese a las altas tasas, las previsiones de actividad se sostuvieron en una contracción de la economía del 1,2% interanual. Por el contrario, las proyecciones de déficit fiscal se elevaron un 108% a $80.000 millones, lo que deja al rojo fiscal por fuera del 0,3% aceptado por el FMI por el uso del ajustador del gasto social.