El cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió que defenderá los activos estatales fuera del país y negó la posibilidad de un conflicto petrolero a gran escala, asegurando que los envíos de crudo hacia los Estados Unidos se mantendrán normalmente.

"Citgo es propiedad del Estado venezolano y la vamos a defender. Es propiedad del pueblo y de PDVSA, que es la única que determina los asuntos de la empresa", respondió ante las versiones confiscatorias que había anticipado LPO.

Es que luego de 20 años de chavismo, por primera vez comenzó a ponerse en duda la estrecha relación petrolera del país caribeño con la principal potencia económica del mundo.

Como explicó este medio, tanto en el sector energético como entre los diplomáticos estadounidenses se habla de una posible interrupción de los suministros petroleros y de una confiscación de los activos venezolanos en Washington para cederlos al control de Guaidó.

Guaidó podría quedarse con el control de Citgo, la principal refinería venezolana en EE.UU. 

Entre ellos, el más importante por amplia diferencia es la refinadora Citgo, la cual tiene 6.000 estaciones de servicio, oleoductos, 48 terminales de almacenamiento y 3 refinerías, una de las cuales es la sexta más importante de todo el país del norte.

La compañía es fundamental para el sostenimiento de Maduro, ya que recibe casi uno de cada cinco barriles que el país exporta al mundo, aportando cruciales divisas.

"No vamos a seguir permitiendo que se roben el dinero de Venezuela. En las próximas horas haremos comunicados oficiales para lograr la protección de nuestros activos tanto dentro como fuera del país", manifestó Guaidó este viernes, aumentando las especulaciones al respecto.

Sin embargo, Maduro no sólo expresó que las exportaciones de crudo se mantendrán, sino que se intensificarán, separando su disputa política con Washington con las históricas relaciones comerciales que nunca se interrumpieron, ni en los peores picos de tensión con Hugo Chávez.

"Yo he roto relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Donald Trump. Yo no he roto relaciones con los Estados Unidos, que es muchísimo más que Trump. Nuestras relaciones continúan y van a florecer más que nunca. Vamos a seguir vendiendo todo lo que haya que vender", subrayó.

Por otro lado, si bien minimizó el riesgo para la economía caribeña en el caso de una interrupción de suministros ordenada por la Casa Blanca, explicó que el fuerte vínculo con las petroleras de ese país impedirá que se concrete esa medida.

"Si no nos compran más petróleo, lo venderemos en otro lado, sencillo como ello. Pero de hecho, estamos estimando vender incluso más petróleo a los Estados Unidos. Este año llegaron muchas inversiones de petroleras americanas para aumentar la producción. Trump es algo pasajero", expresó tratando de llevar tranquilidad.

Sucede que dicho boicot iría en contra de los intereses de las gigantes petroleras norteamericanas, que dependen del crudo pesado venezolano para abastecer al grueso de sus refinerías de la Costa Este. Y a pesar de que la crisis de PDVSA redujo los envíos, hoy no tendrían a un reemplazante directo -que sea viable económicamente por tipo de petróleo y costo de flete por distancia-, ya que México también sufre de una contracción en sus niveles de producción.