En el arranque del verano, el intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, se enfrenta a los trabajadores municipales y los guardavidas y pone en crisis la temporada de verano en esa ciudad, principal apuesta del gobierno de María Eugenia Vidal.

Las calles sucias, el tránsito es un caos -producto de la falta de inspectores- y las oficinas están paralizadas. Los trabajadores municipales llevan adelante una medida de fuerza en reclamo de aumentos de salarios. El conflicto paritario se profundizó hace 28 días, cuando el gremio resolvió comenzar con retención de tareas en todas las áreas del municipio.

La sede local del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires resolvió hoy llamar a una nueva audiencia entre el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) y el gobierno de Arroyo para tratar de destrabar el conflicto.

La retención de tareas afecta los controles de alcoholemia; la actividad en el CEMA (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias), donde no pudieron hacer 400 mamografías y más de 1.000 estudios por imágenes; las habilitaciones de comercios; y hasta el servicio del cementerio que acumula unos 20 cadáveres en depósitos, entre otros sectores.

Desde la Secretaría de Salud informaron que más de 15 mil marplatenses no pudieron vacunarse en los centros de salud durante el último mes del año pasado.

Molesto por el lugar que le asignaron, Arroyo abandonó un acto de Vidal

Arroyo instó al sindicato a "ceder" e insistió con la contratación de cooperativas para limpiar la ciudad. "Hicimos ocho reuniones, ofrecimos un 14% al mes de diciembre y no lo quisieron aceptar, bueno bien entonces lo decreté yo para que los empleados puedan tener el dinero. Es lo más que puedo hacer, milagros todavía no hago", dijo.

El intendente aseguró que contrató una cooperativa para que limpie la ciudad y que contratará a otra para que corte el pasto. "Voy a seguir trabajando con las cooperativas, voy a seguir trabajando con los vecinos que están ayudando mucho y gente que espontáneamente baja de los departamentos a limpiar", dijo.

La fuente de agua de la peatonal San Martín.

Gentileza: Qué Digital

En abril, el Ejecutivo y el gremio acordaron un aumento salarial de 12%, a lo que en agosto se sumó una recomposición del 6%, con el compromiso de reabrir la negociación paritaria en octubre, tras lo cual se sumó el último 14%, lo que da un total de 32% de incremento.

Guardavidas amenazan con un paro

En paralelo, los 700 guardavidas que cuidan de los turistas en las playas de Mar del Plata podrían iniciar una protesta el jueves que viene si una parte de ellos no arriba a un acuerdo salarial con los balnearios privados.

Tras el fracaso de una nueva reunión paritaria entre la Cámara de Balnearios (Cebra), el Sindicato de Guardavidas y Afines local y la Unión de Guardavidas Agremiados (UGA), los bañeros marplatenses amenazan con lanzar un paro en plena temporada.

Esta mañana, los empresarios mantuvieron su firme su postura de ofrecer un 32% de incremento contra el 40% que reclaman los trabajadores. Ante esta falta de resolución, el Ministerio de Trabajo de Nación determinó un cuarto intermedio hasta este jueves 10 de enero a las 9.

La protesta afectaría en una primera instancia a los 300 bañeros que se desempeñan en balnearios privados, aunque el sindicalista indicó que los 400 del ámbito municipal podrían sumarse ya que las negociaciones se encuentran emparentadas.

La semana pasada, el gremio había anunciado la realización de un paro total de actividades con vistas al primer fin de semana de enero. A pesar de la falta de acuerdo, la UGA resolvió dejar en suspenso la medida para no sumar otro conflicto a la ciudad, teniendo en cuenta la paralización de múltiples servicios municipales.