Martín Lousteau recorre el país hace un año, visita comités radicales y universidades, se muestra como una alternativa presidencial, pero al mismo tiempo es consciente que el país vive un escenario tan volátil que convierte a meses en años y es demasiado riesgoso anticipar definiciones.

Sus opciones son múltiples pero también la posibilidad de dar un paso en falso antes de tiempo. Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, lo sigue considerando como posible rival de Macri en una interna de Cambiemos. No es el único.

Los radicales con mayor poder creen que llevando a Lousteau a una primaria contra Macri podrían capturar un voto oficialista crítico -sobre todo el de orientación más bien social demócrata radical- que les permitiría colar más radicales en las listas legislativas que si negocia nombre por nombre en la Casa Rosada. "No estoy para ser el Sanz de esta elección, para eso me quedo en mi casa", advierte el economista en la intimidad y explica que sólo aceptaría ir a una primaria contra Macri si detrás de esa decisión se discute una ampliación genuina de Cambiemos.

Es lógica la desconfianza del economista. El macrismo ha dado sobradas muestras que en el momento electoral se muestra abierto y dispuesto al diálogo y una vez superado ese trance, Macri se cierra a niveles extremos a la hora de gobernar.

"No estoy para ser el Sanz de esta elección, para eso me quedo en mi casa", advierte el economista en la intimidad y explica que sólo aceptaría ir a una primaria contra Macri si detrás de esa decisión se discute una ampliación genuina de Cambiemos.

Por eso, los radicales críticos que militan con Ricardo Alfonsín y tiene vínculos con los socialistas santafesinos y Margarita Stolbizer, le piden volver a salirse de Cambiemos para ser candidato a presidente de un espacio de centroizquierda que, confían, puede alcanzar 10 o 12 puntos con facilidad.

Se basan en encuestas que identifican un electorado progresista reacio a votar con el oficialismo, a la espera ofertas tentadoras y que si no llegan es capaz de votar a la izquierda en primera vuelta. "Nadie le gana a una interna a los tres gobiernos más grandes del país", le remarcaron a Lousteau, que les pidió esperar.

El ex ministro cree que ese espacio sólo tiene potencial en dos escenarios: Un macrismo debilitado que necesite ampliar en serio y base y entonces los incorpore a Cambiemos como la pata progresista o en el otro extremo, un gobierno muy debilitado en el que esa opción sirva como puerta de salida para muchos de los sectores radicales y progresistas que están cada vez más incómodos en el oficialismo.

Martín Lousteau y el gobernador de Mendoza y presidente del radicalismo, Alfredo Cornejo.

Mendoza

LPO pudo confirmar que en recientes encuentros tanto Cornejo como su par de Jujuy, Gerardo Morales, se manifestaron sorprendidos por la profundidad y la velocidad de la crisis económica. Lousteau en ese sentido tiene un diagnóstico preocupante. El economista cree que el durísimo impacto sobre la economía real está limando el potencial electoral de Macri y esto agiganta en el mercado un temor de regreso de Cristina que a su vez dispara el riesgo país y termina golpeando de nuevo sobre la economía desde el costado financiero, acercándose peligrosamente a un círculo vicioso.

Como sea, Lousteau también empezó a ser seguido con atención por el peronismo de centro que lideran Sergio Massa y los gobernadores. El tigrense es el más interesado en sumarle a ese espacio una pata progresista que incluya también a los socialistas, Stolbizer y Alfonsín. Por ahora esta es la opción que menos tienta a Lousteau, pero el economista no descarta que llevado al extremo acaso todas las fuezas de centro deban unirse para impedir un regreso de Cristina al poder.

El problema que ve Lousteau, pero no sólo él, es que el 40 por ciento que por ahora no quiere a Macri ni Cristina, dista mucho de ser homogéneo. Y el diputado no está dispuesto a "ceder identidad" de su perfil socialdemócrata para buscan un muy difícil "catch all" de esa franja social que por ahora contiene identidades políticas muy contradictorias. 

Será entonces alrededor de marzo cuando Lousteau empieza perfilar definiciones, como buena parte de la política argentina.