La aprobación del Código electoral porteño dejó varios heridos en la Legislatura porteña. Desde adentro del kirchnerismo hubo críticas a la posición del bloque por lo que entendieron fue un aval a la Boleta Electrónica. El FPV consiguió, a cambio, el empadronamiento automático de los extranjeros.

Juan Manuel Olmos y Daniel Angelici fueron los otros grandes ganadores del Código Electoral que sancionó la Legislatura semanas atrás. Los dirigentes consiguieron que el tribunal electoral porteño se integre con los titulares del juzgado N°1 del fuero Contencioso Administrativo y Tributario y su par del Contravencional Penal y de Faltas, mientras que el tercero de los integrantes será votado por la Legislatura.

Según pudo saber LPO es normal que los magistrados del juzgado N°1 se encargue de los asuntos electorales, algo que ocurre con María Romilda Servini, jueza electoral nacional. Sin embargo la jugada dejó muy bien parados a dos expertos en cuestiones judiciales.

Olmos, ex titular de la Magistratura porteña, está vinculado a Romina Tesone, jueza en lo contencioso, mientras que Rodolfo Adán Ariza Clerici tiene mayor afinidad con Martín Ocampo y Angelici. La maniobra enfureció al radicalismo que se negó a votar el Código.

Algunos recordaron que en el ballotage de 2015, Martín Lousteau estuvo muy cerca de imponerse y hubo críticas hacia el diseño de la página utilizado en esa ocasión. El voto en blanco, categoría que favorecía al actual jefe de gobierno ocupó casi la mitad de la página donde se votaba.

Otros, con un poco más de maldad, aseguran que la UCR pretendía que el tercero de los jueces del tribunal tuviera afinidad con el centenario partido. "En un principio iban a ser elegidos por concurso como cualquier magistrado. Pasaron el filtro para ser jueces pero solo eso. Queríamos otra cosa, con las nuevas leyes que votamos y que están en camino iban a tener mucho trabajo", rechazaron desde el radicalismo.

Tensión en el kirchnerismo

En el kirchnerismo la votación de sus legisladores no habría caído demasiado bien. En el espacio algunos recordaron que el FPV fue central en el Congreso a la hora de frenar el proyecto macrista de reforma política que incluía entre los cambios el voto electrónico. También que Cristina Kirchner es una férrea opositora al sistema. Sin embargo en la Legislatura apoyaron el Código.

La mayor motivación habría sido la inclusión directa de los extranjeros en el registro local. Actualmente son menos de 20 mil los extranjeros empadronados que pueden participar de las elecciones. Sin embargo con el empadronamiento automático habría casi 200 mil personas en condiciones de elegir al próximo alcalde porteño junto a legisladores y comuneros de la Ciudad.

Si todos acudieran a los comicios, algo que sería inédito, aumentarían en casi 10% el padrón. En el kirchnerismo creen que serán capaces de captar la mayor cantidad de esos votos.

Pero el enojo persiste. Según analizaron en el espacio la unificación le conviene a Unidad Ciudadana pero no a Cristina. "Piensan en ellos y no en CFK. Macri va a sumar votos de Rodríguez Larreta pero va a ser muy complicado que suceda lo mismo con Cristina", explicaron desde el peronismo a LPO.

"La Ciudad no es una prioridad pero cuando hay quilombos le pone la lupa", explicaron sobre la importancia del distrito capitalino para Máximo Kirchner.

De todas formas será muy complicado que en 2019 se utilice el voto electrónico en la Ciudad: si Macri quiere subirse a los votos de Larreta la elección deberá ser con boleta de papel, el mismo formato que se utiliza en Nación.

Días atrás el ex embajador argentino en el Vaticano, Eduardo Valdés, mantuvo un tenso diálogo radial con el jefe de bloque kirchnerista Carlos Tomada. El ex ministro explicó la génesis del proyecto de código electoral y subrayó los cambios que logró introducir el kirchnerismo.

Para Tomada votar en contra hubiera significado que "el proyecto de ley saliera exactamente como quería el Ejecutivo con voto electrónico y un poder judicial absolutamente dominado el Ejecutivo".

Mientras la charla escalaba en tensión el ex funcionario aseguró que se mantuvieron en la línea política del kirchnerismo. "Sobre la base de nuestro proyecto logramos mejorar algunos controles, avanzamos en otros temas. No hubo ni un solo retroceso en las posiciones que sostuvimos", respondió ante un Valdés furioso.