El estado policial volvió a la discusión pública luego de que un prefecto y un policía asesinaran a dos ladrones fuera de su horario laboral. El Defensor del Pueblo, Alejandro Amor, la Directora del Instituto de Seguridad Pública, Marcela de Langhe y el Defensor Adjunto, Gabriel Fuks discutieron sobre la portación de armas y los agentes de seguridad.

A fines de septiembre un prefecto mató a una persona con la que había mantenido un incidente de tránsito. Aseguró que el arma se le había disparado luego de un forcejeo y las imágenes de video que se registraron en el peaje parecieron corroborar su versión.

Ayer, un policía que trabajaba además como chofer de Uber mató a un ladrón que intentó asaltarlo. En ambos casos estaban fuera de su horario laboral pero portaban su arma reglamentaria. 

"Casos como el de Chocobar y el del Prefecto en la Autopista Illia son claros ejemplos de la necesidad de impulsar e implementar políticas que desincentiven el uso del arma reglamentaria fuera del horario de servicio", aseguró Fuks, que como legislador tuvo una activa participación en la Ley de Seguridad Pública que rige actualmente.

De Langhe celebró el trabajo conjunto con la Defensoría, para construir un "espacio democrático" en las fuerzas de seguridad y aseguró "Estas jornadas vienen a aportar el conocimiento necesario para enriquecer la aplicación e interpretacion de la Ley de Seguridad Pública de la Ciudad -N° 5688-, que representa el marco legal ante ciertas cuestiones sobre el rol del policía".

A su turno Amor sostuvo que "la importancia del alto porcentaje de mujeres y su incorporación masiva a las fuerzas de seguridad".

"Nuestra labor es complementarnos entre los distintos organismos públicos con el objetivo de dar respuestas y soluciones a los vecinos de la Ciudad, fortalecer el rol del Estado, como así también el valor de la democracia y su pleno ejercicio".

Sobre este debate, se abrieron otros temas relacionados como la actuación policial fuera del horario de servicio, atravesada por factores culturales y normativos que hacen que los policías deban -o sientan la obligación de- actuar en cualquier circunstancia aun cuando pueda traer mayores riesgos para otros y para su propia vida. Por tal motivo, el uso del arma de fuego en policías fuera del horario de servicio fue un aspecto central en el problema de la violencia institucional.