Gabriel Romero, uno de los empresarios que declaró como arrepentido en la causa de los cuadernos, confesó haber pagado hasta el 5% de coimas a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Eduardo Schiavi, pero aclaró que no puso un peso más cuando los reemplazó Florencio Randazzo.

"Con Randazzo la relación duro alrededor de un año. El no nos pidió dinero. El sistema del pago del 5% se acabó. Finalmentenos sacó los trenes", recordó en su declaración ante Claudio Bonadío, detallada en el fallo que procesó y pidió la detención de Cristina Kirchner. 

Romero es el dueño del holding Emepa que pagó coimas a los dos primeros secretarios de Transporte del kirchnerismo por la concesión que tenía del Belgrano Norte. Por otro lado también pago coimas a Roberto Baratta, pero en ese caso por la firma del decreto por parte de Cristina Kirchner de la renovación de la concesión de la Hidrovía, el principal negocio de Romero, que ahora quieren quedarse sus socios belgas de Jan de Nul.  

Este empresario en su declaración ante Bonadío explicó que la inicio del gobierno de Néstor Kirchner, el entonces secretario Ricardo Jaime le dijo que no le entregarían los subsidios al ferrocarril si no devolvía como coima el 5% que recibía. El mismo porcentaje que relató otro empresario del rubro: Aldo Roggio. "Jaime era medio ostentoso, pero la relación podría decirse que era cordial. Él me decía que los pagos eran para arriba pero no me consta cuál era su destino. Los pagos eran normalmente mensuales. Él venía a mi casa o yo iba a las oficinas de él. Las entregas las percibía personalmente. Si el Estado me pagaba mensualmente, los pagos a Jaime eran mensuales", describió.

Romero contó que Jaime condicionó la entrega de subsidios al pago de 5% de coimas. Schiavi mantuvo la modalidad y Randazzo la cortó.  

"Cuando Jaime deja la Secretaria de Transporte, los pagos se atrasaron, y fue ahí cuando Schiavi nos pidió el 5%. Entonces los pagos comencé a entregárselos a Schiavi con la misma modalidad que describí". 

"Generalmente iba a su oficina, él era más escurridizo, prometía pero después no te daba nada, lo que quiero decir es que prometía trabajo y luego nos congeló la tarifa y el subsidio, sólo nos daba para sueldos y combustible. El resto debía absorberlo yo", se rememoró.

"Cuando llega Randazzo arma un equipo que nosotros nos quedamos impresionados. Eran de 30 o 40 personas, juntaba la gente de Roggio y a la mía, y nos decía que teníamos que solucionar todo que éramos unos inoperantes y nos basureaba".

Roggio se arrepintió y reconoció que pagó coimas para mantener la concesión del subte

Romero ratificó haber pagado 600 mil dólares por un decreto de necesidad y urgencia con el que consiguió la renovación de la explotación de la hidrovía, que se sumaban al 5% de coimas. Era el porcentaje sobre los subsidios "que el Estado le otorgaba a la empresa en virtud de los Ferrocarriles. Lo de Baratta es tal cual lo relaté en mi declaración anterior", ratificó el empresario.